Pese al disturbio alrededor Alessandro no se inmutó, por el contrario de una reacción de miedo, una chispa de emoción se veía en sus ojos. Satisfecho quizá.
Parecía haber respondido bien.

—Seguro, Nico Nico, tienes toda la razón. No me necesitas. —La soltó entonces y dándole la espalda siguió camino recto— Estoy seguro que puedes sola. Siempre puedes sola.

Diciendo lo último casi entre risas, y más allá de la alteración de energía en los postes, no hizo más que chasquear los dedos, y en un instante aquél descontrol se había esfumado. Todo de vuelta a la normalidad.
Se volvió una vez más, y su mirada respondía por él. “Veamos cuánto tiempo puedes.”

Yo no necesito un jodido perro de caza, no lo has entendido. -Se viró pero antes de hacer algo el cableado eléctrico alrededor de ellos sobre los postes de luz empezó a soltar chispas, tenía el cejo fruncido y el humor amargo lo cual se notaba en el exterior con esos nuevos poderes que tiene. -Te dejo permanecer s mi lado por puro capricho..-Lo miro fijamente y luego sus manos que le sujetaban de esa forma tonta..torció la boca - llevo años haciéndolo sola y me ha ido bien. Anda busca otro dueño, perro. -Snifo por la nariz y un fuerte estruendo sono de uno de los postes más cercanos, casi a un lado de ellos, las chispas incrementaron y los destellos alumbran la tarde sombría. -

—Soy tu jodido perro de caza —corrigió él afilando la mirada—, así que no te queda otra más que soportarme. Podemos hacerlo de la mejor manera, llevándonos bien, o por otro lado puedes tratar de hacer todo tú sola y estropearlo.

Tomando entonces de las mejillas a la mujer, conforme sus ojos mostraban esa malicia que ocultaba con recelo.

—Seamos buenos compañeros, Nico Nico.

Bien por ti, una cosa es que no me meta y otra que yo diga lo que putas se me antoja decir. -Chasqueo la lengua con desdén dedicándole una mirada por el rabillo del ojo con desagrado.- no eres mi jodido padre como para decirme que o no hacer.

—Son esos sueños que me hicieron estar dónde estoy. A veces es mejor que te calles el maldito hocico y dejes a los demás con sus mierdas. —Habló el noble y delicado caballero. Con una sonrisa bufona y el cigarro casi a acabar en sus labios.

Entonces estás jodido, que sueños más arrogantes. -Bufo metiendo las manos en los bolsillos de su pantalón mientras caminaba sin saber con exactitud hacia donde. - hmm no gracias, esa mierda no va conmigo.

—Yo no quiero lo que todo mundo puede tener, Nico Nico. Sí así fuera entonces no habría diversión. Yo quiero lo que no se puede obtener.

Declaró. Sonriendo, como aquél que luego de decir una estupidez se ríe de sí mismo.
Sólo siguió calando. Sin agregar algo más respecto al tema.

—Deberías alterar los cigarros, así son más divertidos.

Para mí la madurez no se representa con un rasgo facial. -Se encogió de hombros con total despreocupación. Calo hondo el humo sosteniendo lo dentro hasta soltarlo para hablar. - quieres follar, follemos. De resto no sé que más pretendas pero no creo que funcione.

—Eres muy cruel a veces. —Dijo riéndose— A veces veo imposible que te llegue a gustar. Eso lo hace más divertido.

Prendió fuego a su cigarro y dando una profunda calada observó a la mujer para negar con la cabeza.

—No hay remedio contigo.

¿Ah si? Hmm no me había fijado. -Atrapo un cigarrillo para prenderlo y llevarlo a su boca..- buena broma, pareja y linda no son adjetivos que vayan juntos, menos si estamos tú y yo de por medio.