Sonrió un poco al escucharlo y se sentó en el suelo, recargando la espalda en la pared.

—Sabía que no te negarías a beber un domingo por la noche y levantarte con resaca para ir a trabajar—.

—Zylith, es Domingo en la noche, mañana es lunes y tenemos que trabajar. Sí piensas que voy a aceptarte a estas horas una botella... Estás en todo lo correcto.

Y así como dijo la toma y destapa con tranquilidad para seguido dar un gran y profundo trago.

—Que te ves terrible. Casi me hiciste decir una estupidez—.

Saca una botella de alcohol y se la ofrece, recién acababa de comprarla.

—Feliz cumpleaños—.

Él estaba distraído viendo por la ventana un vagabundo que sólo se encontraba durmiendo.

—¿Ah? ¿Qué? ¿Dijiste algo?

—Así casi te ves guapo... Casi—. Arruga la nariz al verle posar de aquella manera.