31-35, M
Un vampiro de estado de animo sombrio y mal humorado
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Freyja1560577 · F
**—¡Oh! ¡Giorgiana! ¡Querida! Cambia esa cara, ¡Es un baile, no un funeral! —La joven Giorgiana se vio forzada a sonreír mientras se abanicaba suavemente a causa del calor y la alta aglomeración de personas en la fiesta. Ojalá hubiera podido eludir la invitación y no es que no le gustaran las fiestas, sino el hecho de sentirse señalada en algún lugar del lujoso salón.
Se escabulló con disimulo entre los presentes. Algunos bebían y reían, otras se secreteaban, ideando planes para el próximo hombre a quien "engancharían" Quizás alguno con la posibilidad de ganar más de 10,000 libras al año o algún funcionario del ministerio.
Giorgiana sabía que ella no tenía posibilidades, su destino ya estaba decidido le gustara o no.
Entre disculpas y alguno que otro saludo, logró llegar al balcón de la terraza. El viento nocturno le sopló al rostro, sintiéndose aliviada de poder respirar aire fresco luego de tanto licor y colonias francesas.
Se recargó en el balcón, soltando un profundo suspiro que liberó de los pulmones mientras observaba la entrada principal de la mansión. No habían más carruajes, al parecer todos los invitados ya habían llegado, o eso pensó hasta que vio un carruaje entrar por la reja. Las linternas solo iluminaban la silueta del chofer, y los detalles dorados de la cabina. Parecían ser de alguien importante.
Se quedó observando la llegada del transporte, curiosa de quién bajaría de este. ¿Quizás alguna duquesa? ¿Una condesa? **
Se escabulló con disimulo entre los presentes. Algunos bebían y reían, otras se secreteaban, ideando planes para el próximo hombre a quien "engancharían" Quizás alguno con la posibilidad de ganar más de 10,000 libras al año o algún funcionario del ministerio.
Giorgiana sabía que ella no tenía posibilidades, su destino ya estaba decidido le gustara o no.
Entre disculpas y alguno que otro saludo, logró llegar al balcón de la terraza. El viento nocturno le sopló al rostro, sintiéndose aliviada de poder respirar aire fresco luego de tanto licor y colonias francesas.
Se recargó en el balcón, soltando un profundo suspiro que liberó de los pulmones mientras observaba la entrada principal de la mansión. No habían más carruajes, al parecer todos los invitados ya habían llegado, o eso pensó hasta que vio un carruaje entrar por la reja. Las linternas solo iluminaban la silueta del chofer, y los detalles dorados de la cabina. Parecían ser de alguien importante.
Se quedó observando la llegada del transporte, curiosa de quién bajaría de este. ¿Quizás alguna duquesa? ¿Una condesa? **