AlainBilliard

[code]Cada mañana era igual, o al menos eso era lo que pensaba. Tener tantos sentimientos encontrados me mataba. Parecía que nunca podría asimilarlo y era por el hecho de que no recordaba nada de lo que había vivido el día anterior al despertar. Era como un recipiente vació. Solo había vivido antes de mis trece. Lo demás, aunque hubiera tenido días felices eran como si solo fueran historias de un libro. Aún así no me resignaba. Una vez que terminaba de llorar cada día por lo perdido realmente empezaba mi día. No sabía si sería bueno o malo pero sin duda escribiría cada cosa, cada momento, cada detalle por poco importante que fuera, porque sabía que lo necesitaría.

Aquella mañana el vídeo se había reproducido, había llorado y enseguida había bajado a ver a mi tío, lo había abrazado con una fuerza descomunal y después de haberme relajado, desayunado y arreglado seguí con mi día a día. En esta ocasión, según las notas en mi habitación tenía que ir al hospital de mi tío así que me fui con él y este me indico a donde tenía que ir, como siempre llevaba una mochila con mi libreta, celular, computadora y una pequeña grabadora, en mi cueño una cámara instantánea, todo lo necesario para documentar lo maravilloso que esperaba fuera este día.

Algo dentro de mi sabía a quien vería en unos momentos, aunque no recordara había ciertas cosas que se guardaban en mi interior, aromas o sentimientos y sabía que en este momento no sentía nada más fuerte por alguien que por esa persona, mi doctor, Alain Billiard.

Una vez mi tío me dejo en el consultorio de este yo le sonreí y trate de poner buena cara una vez que toque a la puerta esperando a que este contestara y pudiera ver su rostro que hoy solo había visto en una foto en mi cuaderno. [/code]