-.Escucharía atentamente las palabras de la señorita, entendía del todo por que se encontraba tan a la defensiva, más ahora con lo que acababa de suceder entre ambos, escucharle hablar de esa forma sobre aquella noche en la cual ambos perdieron algo importante no trajo más que un vacío en el pecho del muchacho y al mismo tiempo un sentimiento puro de nostalgia.

Pese a que sus palabras eran directas y la fémina intentaba convencer casi a toda costa que el muchacho se alejara de ella y por poco cae en ello, una idea pasó por la mente de aquel muchacho que no hizo más que esbozar una pícara sonrisa a la par que una pequeña risa momentánea se escapó de sus labios.


<...Bien...si así lo quieres...lo haré...Anohis…>

[...]

[code]por más que intentó matarlo no pudo, por más que intentó negarse a amarle de nuevo no pudo, su destino era cruel pero su decisión la había amarrado a la iglesia por completo, ahora cazaba demonios, el era un demonio y para toda una religión el era una enemigo.

— Tienes que irte... Vamos vete — Murmuró intentando encontrar aquella venda para poder cubrir sus ojos nuevamente pero le era imposible encontrarla, no sabía que hacer, más ahora que parecía ser un libro abierto frente a él. [/code]

[code]— Quería alejarse tenía que hacerlo pero le era realmente imposible, sus labios temblaron un poco y volvieron a corresponder el beso de este sin siquiera pensarlo bien, el aire parecía escasear como siempre el cuerpo ardiente del contrario parecía envolver el propio, siempre recordaba aquella calidez que este parecía emanar, cuando la distancia era necesario se alejó de este notando como aquella venda abandonaba sus ojos.



— Si... Yo creo que te diste cuenta.... Estoy ciega, no veo nada desde hace quince años, así que no se que apesto puedes tener ahora, ni como te vez, pero tu personalidad sigue intacta y es por ello que debemos estar separados, si mi congregación se entera, me mataran... no me darán una segunda oportunidad... ¿Lo entiendes?

— Tenía que convencerlo de una manera u otra, no podía arriesgarlo por más [...][/code]

-.Aquel beso, sin duda alguna, le llevaría de vuelta hasta hace 15 años, cuando solo era un pequeño que quería comerse el mundo de un solo bocado y crecer lo más pronto posible para experimentar nuevas cosas, ahora, ya siendo un adulto, sólo podía sentirse feliz, algo que no sentía en mucho tiempo, feliz por tener ese viejo gesto con la señorita.

<...Shh...no hables…>

Su mano izquierda se deslizó sutilmente hasta el cuello de la señorita, con las falanges de dicha mano jaló un poco más la venda que cubría los ojos ajenos, su mano diestra se encargó de aferrarse un poco más al rostro ajeno haciendo que la venda anteriormente mencionada se aflojara un poco más de lo que ya estaba. Los labios del muchacho no parecían despegarse más de lo necesario de los ajenos, como si ahora ese fuera el lugar que debían tener.


[...]

[code]— Besarlo no era ninguna experiencia nueva, pero traía consigo muchos buenos momentos vividos junto a él, no pudo evitar suspirar un poco dejando que sus brazos rodearan con suma suavidad el cuello de este sin querer apartarse de él, en algún momento deseo que todo fuera un sueño o que el tiempo se detuviera justo en aquel instante en espera de que perdurara un poco más, al apartarse no pudo evitar sentirse un poco culpable, era una monja la cual se sentía completamente como una mujer en ese momento.

— No debería... No debería dejar que me arrastres a esto nuevamente — Murmuró confundida, sintió que la tela de sus ojos se soltaba sabía que debía arreglar la misma en algún momento, pero sus pensamientos parecían no ayudarle, se sentía tan extraña, tan feliz, tan confundida, todo parecía volverse en su propia contra.

— Deberíamos alejarnos ahora que podemos [/code]

[code]— Yacía quieta por completo, sin siquiera pensar en que pasaría después de haber dicho aquellas palabras, no tardo en sobre saltarse un poco cuando sintió la repentina cercanía y como aquellas manos parecían deslizarse por sus curvas hasta tocar sus mejillas, ¿Qué había hecho? Se pregunto así misma a la vez que soltaba un ligero suspiro, sus labios se entre abrieron un poco al sentir el roce de los contrarios sobre los propios, no podía estar pasando de nuevo. No debía pero allí estaba.

— Había escuchado con claridad aquellas palabras, sus manos no tardaron en posarse sobre las de este deseando alejarlas cosa que no hizo las apretó con suavidad intentando no decir nada indebido, debía rechazarle, debía detenerse allí, estaba a tiempo.

— No... Debo — Susurro bajo dejando que sus labios se una a los contrarios sin duda alguna.[/code]