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Thelilacwitch · 22-25
━Recuerdo escucharle decir que tienes un culo blanco, que es por eso tanta curiosidad. ━Cubrió la risa al beber un poco del té caliente. ━ De todos modos lo entiendo. No hay explicación que revele de qué agujero saliste o hacia donde vas... Es tu encanto, supongo.
La dulzura combinó bastante bien con el buen bocado de asado que se permitió, tenía un estómago dispuesto a toda la comida habida y por haber.
La dulzura combinó bastante bien con el buen bocado de asado que se permitió, tenía un estómago dispuesto a toda la comida habida y por haber.
AemondTargaryen · 31-35
Tras sentarse frente a ella tomó uno de los dulces, luego lo llevó a sus labios bajo la máscara. Al escucharla sonrió a lado, luego negó con suavidad con la cabeza.
— No lo culpo, somos muy diferentes. — Y después le dedicó su atención a la comida, metiendo pequeños bocados por debajo de la tela.
— Pero quizás él ya me ha visto, me noqueó varias veces cuando llegué. Si no me hubiera pateado el culo tan fuerte no sería tan bueno en la lanza. Él envenena las hojas de sus dagas, lo que quería era tenerlo lejos. — En sus ojos había diversión, ninguna clase de resentimiento.
— Quizás busca saber quién soy. No entiendo de dónde viene eso, no soy nadie interesante. —
— No lo culpo, somos muy diferentes. — Y después le dedicó su atención a la comida, metiendo pequeños bocados por debajo de la tela.
— Pero quizás él ya me ha visto, me noqueó varias veces cuando llegué. Si no me hubiera pateado el culo tan fuerte no sería tan bueno en la lanza. Él envenena las hojas de sus dagas, lo que quería era tenerlo lejos. — En sus ojos había diversión, ninguna clase de resentimiento.
— Quizás busca saber quién soy. No entiendo de dónde viene eso, no soy nadie interesante. —
Thelilacwitch · 22-25
Era tarde para tener cuidado con sus pensamientos, había tanta vida rodeando su existencia y deseaba pertenecer a ella. El mal augurio pasó rápido cuando el olor del asado a la estaca llegó hasta su nariz, podía clasificar varias especias y otras eran lejanas hasta lo desconocido.
Sintió una presencia conocida y tan ansiosa como hormiga le dirigió la mirada. Había agradecimiento en la expresión de Janâ al encontrarse con Ab y tomar un dulce de la caja; lo oía pero no lo escuchaba, estaba estancada pensando en lo que pasó hacía unas horas. El contraste era significativo. No deseaba que nada le sucediera.
━Uno de los tuyos desea conocer tu cara... dice que eres diferente. ━Asomó el dulce entre sus labios.
Sintió una presencia conocida y tan ansiosa como hormiga le dirigió la mirada. Había agradecimiento en la expresión de Janâ al encontrarse con Ab y tomar un dulce de la caja; lo oía pero no lo escuchaba, estaba estancada pensando en lo que pasó hacía unas horas. El contraste era significativo. No deseaba que nada le sucediera.
━Uno de los tuyos desea conocer tu cara... dice que eres diferente. ━Asomó el dulce entre sus labios.
AemondTargaryen · 31-35
Una grave risa vibró fuera de la garganta del hombre, que dirigió sus brillantes ojos dorados hacia el frente.
— Algo no está bien con él; ten cuidado. — Habló bajo, después se apartó despacio. Abdel volvió minutos después con algunas cajas envueltas en tela, pero llegó a tiempo para ver a su colega irse.
Solo lo observó en silencio, después le ofreció una caja a Jana.
— La última vez comí estos dulces. No suelo comer mucha azúcar, pero esto está delicioso. — Y le mostró el contenido. Era fruta confitada de muchos colores distintos.
— Algo no está bien con él; ten cuidado. — Habló bajo, después se apartó despacio. Abdel volvió minutos después con algunas cajas envueltas en tela, pero llegó a tiempo para ver a su colega irse.
Solo lo observó en silencio, después le ofreció una caja a Jana.
— La última vez comí estos dulces. No suelo comer mucha azúcar, pero esto está delicioso. — Y le mostró el contenido. Era fruta confitada de muchos colores distintos.
Thelilacwitch · 22-25
Siguió acomodando el mantel que daba frente a ella cuando escuchó al impertinente sujeto. Podía sentir su aroma a sudor y caña, los cuales le contrajeron el estómago. Giró el rostro para enfrentarlo con la calma en una mano, si se pasaba, en la otra le esperaba un revés.
━¿Y bien? ━alzó la ceja. ━ No es asunto tuyo, Ylmaz.
Se volvió al frente otorgando una oportunidad para que se fuera.
━¿Y bien? ━alzó la ceja. ━ No es asunto tuyo, Ylmaz.
Se volvió al frente otorgando una oportunidad para que se fuera.
AemondTargaryen · 31-35
Dejándola en una mesa aprovechó para ir a otro puesto mientras servían la comida, pero también otra persona se aproximó a Jana: era el Ylmaz que anteriormente la había cuestionado.
— ¿Y bien? ¿Te enseñó su cara? —
— ¿Y bien? ¿Te enseñó su cara? —
AemondTargaryen · 31-35
No podía decirse que realmente lucían como una pareja que hiciera juego. Abdel era de un sólo color manta, pero ella era toda una diosa ataviada en púrpura. Lamentó bastante no poder usar las ropas de la realeza que vestía de antaño, algo que pudiese combinar con lo magnífica que era ella.
Incluso su propia esposa sentiría celos de si misma.
Se mantuvo cerca de ella, incluso le ofreció su brazo de vez en cuando. Eso no pasó desapercibido para sus hermanos, que comí hombres no sólo se fijaban en ella, también miraban al imbécil que la acompañaba.
Uno en específico miraba con más sospecha que envidia o deseo.
Llegaron al pueblo del norte apenas amaneció. Los artistas lucían radiantes y los vendedores se transformaron de indigentes a sabios intelectuales bien vestidos que conocían su mercancía; el parecía reírse en cada mentira que ya conocía.
Condujo a Jana hacia un puesto de asado, pagando por una buena comida para ambos.
Incluso su propia esposa sentiría celos de si misma.
Se mantuvo cerca de ella, incluso le ofreció su brazo de vez en cuando. Eso no pasó desapercibido para sus hermanos, que comí hombres no sólo se fijaban en ella, también miraban al imbécil que la acompañaba.
Uno en específico miraba con más sospecha que envidia o deseo.
Llegaron al pueblo del norte apenas amaneció. Los artistas lucían radiantes y los vendedores se transformaron de indigentes a sabios intelectuales bien vestidos que conocían su mercancía; el parecía reírse en cada mentira que ya conocía.
Condujo a Jana hacia un puesto de asado, pagando por una buena comida para ambos.
Thelilacwitch · 22-25
Con sus pertenencias. Al parecer iban a quedarse una última noche antes de llegar al lugar. Janâ fingió no ver a ninguno de los que le echaba el ojo inquisidor, al final del día no eran nadie paga juzgarla.
━Estoy cansada. ¿Tú no? ━Lo miró de reojo, Ab era implacable cuando vestía su uniforme.
━Estoy cansada. ¿Tú no? ━Lo miró de reojo, Ab era implacable cuando vestía su uniforme.
Thelilacwitch · 22-25
El mar de estrellas en el cielo se difuminaba con los vapores a su alrededor. Sus ojos habían estado privados de su función por tanto tiempo que era como un segundo nacimiento. Era la segunda vez que experimentaba algo así a conciencia, la primera vez cuando se inició en la brujería, hacía veintitantos años.
Antes de decirle algo volvió a la orilla para vestirse con el cambio de ropa. Minutos después lo que cubría sus pieles era un vestido del más exquisito púrpura, tan magnífico que la noche misma se apagó para darle notoriedad. El cuello alto delimitaba traviesamente su piel, definiendo su finura y gracia mientras que las mangas largas para soportar el frío daban una ilusión de que era más alta, el cinturón ballenero acentuaba su figura de muerte y al bajar la vista no quedaban rastro de las botas, ocultas por el largor de la falda, era igual a un pastelito de uvas.
Por encima llevaba el abrigo de pieles. La Venus de Zeyia estaba lista; regresaron al campamento
Antes de decirle algo volvió a la orilla para vestirse con el cambio de ropa. Minutos después lo que cubría sus pieles era un vestido del más exquisito púrpura, tan magnífico que la noche misma se apagó para darle notoriedad. El cuello alto delimitaba traviesamente su piel, definiendo su finura y gracia mientras que las mangas largas para soportar el frío daban una ilusión de que era más alta, el cinturón ballenero acentuaba su figura de muerte y al bajar la vista no quedaban rastro de las botas, ocultas por el largor de la falda, era igual a un pastelito de uvas.
Por encima llevaba el abrigo de pieles. La Venus de Zeyia estaba lista; regresaron al campamento
AemondTargaryen · 31-35
Podría decirse que rejuveneció mil años con tan sólo esa noche. A diferencia de otras ocasiones no se sentía adormilado, si no con demasiada energía, ¿Así se saboreaba la felicidad?
¿Y qué tan verdadero era ese sentimiento?
De momento no iba a caer en el eterno dilema de la confusión sobre las Janas en su vida, pero adoró a ambas en ese instante. Lo reflexionó un poco mientras se hundía en el agua para bañarse por completo, pues sabía que ya habían tardado una eternidad ahí; irían a buscarlos.
Se puso la máscara primero, después le retiró la venda a Jana. Comenzó a vestirse, dejando de ser Aemond de nuevo y recuperar el disfraz llamado Abdel.
Suspiró... ¿No podía tener y ser todo a la vez?
¿Y qué tan verdadero era ese sentimiento?
De momento no iba a caer en el eterno dilema de la confusión sobre las Janas en su vida, pero adoró a ambas en ese instante. Lo reflexionó un poco mientras se hundía en el agua para bañarse por completo, pues sabía que ya habían tardado una eternidad ahí; irían a buscarlos.
Se puso la máscara primero, después le retiró la venda a Jana. Comenzó a vestirse, dejando de ser Aemond de nuevo y recuperar el disfraz llamado Abdel.
Suspiró... ¿No podía tener y ser todo a la vez?
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