26-30, F
About Me About Me Notes
The Whiteboard is a place where people can send Gestures, Attributes, Images, Comments, and much more...
This page is a permanent link to the comment below. See all comments »
IY1573807 · F
[code]No pudo contener aquella mirada de asombro que delataba sus ansias por conocer aún más de aquel colegio. A pesar de los rumores acerca de sus antepasados, se sabía que los padres de la pelirroja habían acordado mantenerla lejos del Instituto de donde provenía su contraria, debido a recuperar aquel honor que Rasputín había heredado generación tras generación desde el estallido de la Revolución Rusa. Escuchó y procesó las materias que imparten en Durmstrang, solo para asegurarse de haber leído o no alguna de ellas en un libro viejo unos días antes o desde su primer año. No era conocida por tener la nariz pegada a los libros, pero sí por tener una memoria algo dotada cuando se trataba de sus estudios y exámenes prácticos o teóricos.
Rodó los ojos al momento que uno de los miembros del equipo de su casa le gritó, anunciando que el subdirector ya estaba presente. Ocurrieron dos situaciones; la primera, donde Inna tomaba uno de los pastelitos de limón para apreciar un poco su aroma y calmar sus ansias, mientras que miraba cómo Abigail se levantaba. Le siguió el acto y sacudió la túnica negra que distinguía a la casa Grigoriev del resto de las de Koldovstoretz. Miró de arriba hacia abajo al subdirector, notando una molestia, pues no estaba permitido tener duelos o herirse entre estudiantes.
—No tengo ni que preguntar quién ha hecho estas jugarretas.— Mencionó el subdirector al momento que se arrodillaba para poder atender a la jugadora herida. Luego, volteó a varios lados, buscando algún responsable a quien culpar de un momento a otro, dando con Inna y Abigail. —Usted, Grindelwald, a detención por el fin de semana.—
Inna no tuvo contención y soltó una risita, pues disfrutaba ver las expresiones del profesor cuando regañaba a alguien, era como si un pequeño sapo saltara sus ojos y abriera la boca tan grande para croar. Pero, su gusto no dudaría mucho, ya que uno de sus compañeros le decía algo más al oído al subdirector, por lo cual volvió a vociferar en contra de la pelirroja. —Señorita Yefímovich, a la oficina del director, tendremos una plática muy seria.—
La sonrisa se borró de su rostro, justo cuando ya estaba a punto de dar una mordida a su pastelito, provocando que éste le diera la sensación de un sabor algo amargo. Torciendo el labio, solamente asintió y, sin importarle más, suspiró.
—Déjeme adivinar, quieren hablar acerca de mi futuro en el mundo mágico, blah blah, oh Inna debes limpiar tu nombre, blah blah— Decía mientras imitaba la voz de alguna señora anciana que quería dar una lección de vida. —Por favor, solo por no querer atender a una buscapleitos no debería ser para tanto. ¿Por qué no manda a la rubia? Digo, ella fue quien rompió las reglas desde un inicio. Sería una pena no hacer “justicia” en este colegio, ¿no lo cree?— Terminó por fijar su mirar en el resto de sus compañeros, para después dirigirse hacia Abigail y esperar alguna respuesta de su parte.[/code]
Rodó los ojos al momento que uno de los miembros del equipo de su casa le gritó, anunciando que el subdirector ya estaba presente. Ocurrieron dos situaciones; la primera, donde Inna tomaba uno de los pastelitos de limón para apreciar un poco su aroma y calmar sus ansias, mientras que miraba cómo Abigail se levantaba. Le siguió el acto y sacudió la túnica negra que distinguía a la casa Grigoriev del resto de las de Koldovstoretz. Miró de arriba hacia abajo al subdirector, notando una molestia, pues no estaba permitido tener duelos o herirse entre estudiantes.
—No tengo ni que preguntar quién ha hecho estas jugarretas.— Mencionó el subdirector al momento que se arrodillaba para poder atender a la jugadora herida. Luego, volteó a varios lados, buscando algún responsable a quien culpar de un momento a otro, dando con Inna y Abigail. —Usted, Grindelwald, a detención por el fin de semana.—
Inna no tuvo contención y soltó una risita, pues disfrutaba ver las expresiones del profesor cuando regañaba a alguien, era como si un pequeño sapo saltara sus ojos y abriera la boca tan grande para croar. Pero, su gusto no dudaría mucho, ya que uno de sus compañeros le decía algo más al oído al subdirector, por lo cual volvió a vociferar en contra de la pelirroja. —Señorita Yefímovich, a la oficina del director, tendremos una plática muy seria.—
La sonrisa se borró de su rostro, justo cuando ya estaba a punto de dar una mordida a su pastelito, provocando que éste le diera la sensación de un sabor algo amargo. Torciendo el labio, solamente asintió y, sin importarle más, suspiró.
—Déjeme adivinar, quieren hablar acerca de mi futuro en el mundo mágico, blah blah, oh Inna debes limpiar tu nombre, blah blah— Decía mientras imitaba la voz de alguna señora anciana que quería dar una lección de vida. —Por favor, solo por no querer atender a una buscapleitos no debería ser para tanto. ¿Por qué no manda a la rubia? Digo, ella fue quien rompió las reglas desde un inicio. Sería una pena no hacer “justicia” en este colegio, ¿no lo cree?— Terminó por fijar su mirar en el resto de sus compañeros, para después dirigirse hacia Abigail y esperar alguna respuesta de su parte.[/code]