-Ah... agresivos hoy Monsieur?

Pregunta, aunque poco a poco se iba quedando sin aire, cerrando los ojos en cuanto sus ropas son rasgadas, pero finalmente tomando su traje y reyirandoselo por completo, quedando desnudo encima de su amo, tragando con trabajo y manteniendo los ojos cerrados, pero sintiendo como estos parecian crecer gracias a la presion en su cuello

- Jefe... cuidado...

Apretó el agarre en su cuello, impidiendo por completo el paso de aire, pero pudiendo sentir bajo su tacto el latir de esa bomba de sangre que enviaba alimento por todos los rincones de ese cálido cuerpo.

—Si eres tan mío, mon amour, has debido venir preparado para que tome tu sangre~

Borró su sonrisa, mostrando una clara decepción en su rostro. Con su mano libre, rompió de un solo movimiento todos los botones que abrochaban la camisa que vestía al moreno.

—Tienes demasiada ropa encima. Quítatela, antes de desmayarte.

Lo mira a los ojos en cuanto le toma del rostro de aquella forma, sonriendo de manera encantadora y mordiebdose el labio, en sus ojos notandose que aquel lobo pertenecía por completo a aquel vampiro a pesar de sus constantes negativas

- Armand...~

Canturrea su nombre con su acento italiano notablemente marcado, mordiendose el labio antes de corresponder a su beso con trabajo por haber tenido el cuello atrapado

- Sabes que hasta que me liberes de mis obligaciones siempre voy a estar esperandote~

Cuando se acercó, no tardó en tomar su rostro entre sus manos y mirar directamente a sus ojos. Le gustaban, a veces podían ser fieros y en extremo aterradores, pero con él solían ser sumisos y llenos de cariño; algo propio de la especie de línea canina. Alguna vez había tenido en su posesión a un enorme lobo solitario del Ártico y la mirada era igual de angelical y emocionante. Por supuesto, la relación con su licántropo era muy diferente.

Llevó una mano a acariciar sus cabellos y la otra a tomar su cuello, comenzando a ejercer presión, mientras se inclinaba a besar sus labios y probar su sabor una vez más. —También te extrañé, mon petit. —Habló contra sus labios cuando dejó libre su boca, manteniendo el ahorcamiento—. Cuán paciente has sido en esperarme~

En serio ayuda? Eso me alegra -se acerca tomando su mano, haciendole una leve reverencia al contrario y acercandose a su cuerpo con una suave sonrisa- Le extrañé... le extrañé mucho...

—¿Hm? —Al notar que su fiel amigo había llegado, sonrió y tendió una mano hacia él. Le había dicho a Adrael que debía verlo y había vuelto a casa para reunirse con su mascota—. Leo~ Ven. Verte ayuda mucho. —Se le notaba mucho mejor que antes, aunque sus preocupaciones permanecían.

Esta sucediendo demasiado en la casa, está seguro de que está bien jefe? -pregunta el lobo sabiendo todo el estres por el que estaba pasando el mayor-