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—No podía creerlo... ¡¿De dónde había salido ese... Ese ratón?! O cosa que volaba. Estaba segura de que había dejado la ventana no muy abierta, o tal vez no. Marinette Dupain-Cheng era una chica sumamente distraída y torpe, así que si era muy probable que si esa cosa se metió a su habitación habría sido su culpa. Por fin había logrado atraparla en un vaso y comenzo a cuestionar, a la que ahora sabía era un Kwami.

Su nombre era Tikki y le explicaba a Marinette cada cosa que debía saber sobre ella y su miraculous; un par de aretes que descansaban dentro de una caja. La chica los tomó comenzando a ponérselos, mientras Tikki terminaba su explicación acerca de su poder mágico, se transformó completamente asustada de lo que pasaba. ¿Acaso ella sería la única en tener éstos poderes? ¿O habrían más personas? Sólo sabía que debía a buscar a un compañero. Ella era muy torpe para ser una ¿Heroína? ¿Y su compañero ya se habría acostumbrado o estaría encantado con la idea? Sacó su yoyo, pero el primer intento falló y rebotó sobre su cabeza, de nuevo un segundo intento y ya podía balancearse de edificio en edificio. Era más difícil de lo que parecía, Marinette no podía evitar gritar presa del miedo de esta nueva experiencia.

Mientras avanzaba a lo lejos logro ver algo moverse, su vista era muy buena así que vió a un muchacho de su edad portando un traje negro con bastón acercándose a ella. Así que él era su compañero, escuchó su voz y le pareció alguien sumamente despreocupado—

¿Tú eres mi compa...? ¿De suerte? ¿Por qué dices eso? Yo soy... Amm... —Su nombre de heroína... Su traje era como el de una mariquita, así que su nombre debía ser algo acorde— Ladybug, mi nombre es Ladybug. ¿Y tú eres? —Trataba de mostrarse segura pero falló terriblemente, no tenía la misma confianza y seguridad que su ahora compañero—