A1577749 is using SimilarWorlds.
Join SimilarWorlds today »
☀️ Hɪᴊᴀ ᴅᴇʟ Fᴜᴇɢᴏ - Sʀᴀ. ᴅᴇ ʟᴀꜱ Aʀᴇɴᴀꜱ ☀️ Bᴀᴛᴀʟʟᴀ - Dʀᴀᴍᴀ - Sᴏᴄɪᴀʟ ☀️
About Me Notes
The Whiteboard is a place where people can send Gestures, Attributes, Images, Comments, and much more...
This page is a permanent link to the comment below. See all comments »
FifikaZingaresche · 26-30, F
- Tal vez el aburrimiento la impulsaba inconscientemente, o aún no se adaptaba al ambiente hostil de España; tal vez no podía escapar de los problemas, o los buscaba con ganas. Sin importar el motivo, Fifika nuevamente estaba en aprietos, pues las miradas desbordantes de tensión y las palabras despectivas la habían llevado a liarse con dos rudos muchachos en plena luz del día.

Allí, en un parque cualquiera tras una de las grandes escaleras, los insultos pasaron a empujones, y estos a golpes en descontrol. Obviamente la gitana era quién escalaba en agresión, pues la idea de ser vencida por un par de sucios gajes, monos sin cerebro, aumentaba su furia al punto de hervirle la sangre maldita. Había logrado romperle la nariz a uno de ellos con el primero puñetazo, aparentemente inesperado, pues los contrarios no parecían dispuestos a ir a mayores. Este se apartó, dejando la pista libre a su compañero. “¿Uno contra uno? Pobre gaje, realmente está en desventaja”, pensó para si, confiada como siempre en sus capacidades. Pudo haber terminado la situación allí, pero el resentimiento era tal, que no parecía dispuesta a detenerse y entregase al conformismo.

El golpe del segundo si logró descolocarla, impactando directamente contra la mejilla que terminaría teñida de un rojizo llamativo. Más aún alterada, la concentración que implementaba en combate la salvó de los siguientes puñetazos; giraba y esquivaba con soltura casi agraciada, como si de un baile se tratase. Pelear, bailar, para ella era lo mismo.

Pero la confianza la traicionó al notar que, siendo superada en fuerza, no pudo más que seguir evadiendo sin atacar nuevamente. La mandíbula tensa del dolor le impidió abrir la boca para gritarles, transformando el rostro de Fifika en uno que sería irreconocible para cualquiera que antes la haya visto sonreír. La melena alborotada, cuyo lazo de seda luchaba por no salirse con los zarandeos, caía sobre su rostro sudado e iluminado por la luz del sol. Se echó para atrás, tomando distancia. Solo le bastó un par de segundos para darse cuenta, entre jadeos, que no podía vencer sin llegar más allá de lo que su frágil ética le permitía.

Palpando firme contra su bolso, no dudó en meter su mano para sacar de allí un par de cuchillos que siempre cargaba con ella. Eran pequeños, pero peligrosos en manos de una tiradora entrenada como lo era la gitana. Los tomó por el mango para hacerles frente a ambos, que aún seguían insultando su origen y su cultura, tal vez de forma indirecta. Solo había pasado por alto una única cosa importante antes de entregarse al desastre, corroborar si había alguien más allí.-