*lo miro con cariño, más no le importaba el lugar donde se encontrase, el caso era estar al lado de su amado Astaroth. Al ver a su alrededor y la forma en que la cabaña fue restaurada, la joven tomo las manos del demonio y las beso, sin poder contener las lagrimas de felicidad*
Mi amado duque, estoy feliz de poder besar tus manos otra vez...
*lo miro fijamente aun con los ojos llorosos*
Perdoname, estoy muy feliz de estar de nuevo a tu lado... muchas veces he soñado contigo
*el ángel desterrado beso las mejillas del demonio, y volvió abrazarlo con mucho cariño, pegando su cabeza en el pecho del joven, cerrando los ojos, le era tan reconfortante, su calor, su presencia, su esencia. Estaba a los pies el demonio, y él estaba consiente de eso.*
Astaroth no lo he dicho en años... pero si a tu lado no me importa dejar de existir, estoy completamente entregada a ti, puedes hacer de mi lo que te plazca, te amo
*Se quedo atónita al sentir los brazos de su amado rodearle por la espalda, todo a su alrededor se paralizo y sintió como la vida se le detuvo, beso los labios del demonio, cerrando los ojos, sabia que era él. Su amor perdido, su amado Astaroth. Cuando estuvo de frente a él, guardo silencio contemplando las facciones del duque. Llevo la diestra a la mejilla del demonio acariciando con la yema de los dedos, delineo entonces las facciones con suavidad. Sonrió un poco, secándose las lagrimas con el dorso de la mano. Estaba embelesada por la hermosura del demonio, para ella era el más apuesto
Tomo ambas manos del demonio besándolas con cariño, se levanto para besarle la mejilla, sólo así lo abrazo con suavidad, se dibujo en su rostro una sonrisa*
No tengo palabras en expresar lo mucho que he añorado este encuentro…no importa el precio que tuve que pagar por amarte y no me arrepiento, pase tantas noches añorando tus brazos
*dejo de abrazarlo y mirarlo fijamente, volvió llevar su diestra a la mejilla del duque para acariciarle con delicadeza, hecho volvió abrazarle*
Estoy tan feliz, de que aun me recuerdes….sé que ha pasado mucho tiempo, pero nunca deje de pensarte
*Había pasado un tiempo, el suficiente como para que su corazón se encontrara tranquilo. Pero a cada segundo, el recuerdo laceraba su ser. Como si la herida que tuviese no dejase de sangrar por más que las circunstancias lo quisieran. Conocía de sobra su pecado, el cual era para sus superiores una atrocidad, pero fueron tan misericordiosos por no haberle arrebatado la vida y tan crueles para no dejar que descansara de su tormento.
Aquella noche, decidió salir a caminar entre los mundos. Podía hacerlo, era la guardiana de los sellos, aunque por mas extraño que parezca, en ese sitio fue donde le encontró y a medida que avanzaba entre la luz y la oscuridad, los recuerdos se hicieron presentes. Se vio caminando, pensativa y dolorida.
En su mente figuraba el bello rostro de Elisa, la niña a la que debía de cuidar y acompañar en sus últimos días de vida, hasta que ellos se presentaran a juzgarle. En lugar de esperar la llegada de ambos ángeles, decidió salir de la casa y correr hasta aquel sitio. Y fue ahí donde le encontró. Lo recordó con lujo de detalle. Aquel joven alto, de tez pálida y ojos penetrantes que vestido con las ropas de los más altos mandos del infierno, delataba su procedencia, su clase y su rango. Creyó en un primer momento que no le vería, que la dejaría pasar de largo y continuar su camino, o quizás lo mejor sería que ahí mismo el Duque terminara con su vida. Después de todo sería castigada por su falta, lo sabia de sobra, conocía aquel ángel enjuiciador. Se mordió el labio inferior al tiempo que se acercaba al demonio, mismo que volviéndose hacia ella y la miro con severidad. No sintió miedo, ni mucho menos ganas de huir, vio reflejado en su rostro algo que le llamo la atención. Era la criatura más hermosa, se perdió en los ojos carmesís o en la sonrisa que se dibujo.
Se detuvo moviendo la cabeza, tratando de despejar su mente. El solo recordar la noche en que le conoció, hacia que su corazón se estrujara, que le doliera, bajo la cabeza melancólica y no pudo evitar derramar algunas lagrimas. Reanudo su marcha, hasta aquel árbol caído, cerca de uno de los espejos. Al llegar se llevo las manos al pecho, contemplando el lugar y suspiro. Se acerco por mera curiosidad, colocando la mano derecha sobre el tronco y observo el reflejo del infierno y el cielo en aquel lago*
Ha pasado tanto tiempo…y aun me duele, no puedo evitar sufrir al pensarte. Pero por más que trato de olvidarte, más te recuerdo…
*se dejo caer cerca del tronco sollozando, cubriéndose el rostro con las manos. Estaba llorando, no entendía porque había caminado hasta aquel lugar. Pero lo había hecho, esperaba quizás un milagro o darse cuenta que nunca volvería a verle. De esta forma, podría seguir con su camino y nuevo propósito, por más que le doliera*
