Un tenue sobresalto se reflejó en su mirar, inmediatamente seguido de una grácil sonrisa entre sus labios. “Así que aún no sabe de la existencia de Yue.” Pensó y decidió unirse al juego. Aún portando su verdadera identidad, musitó divertida.
—Y yo no sé quién será esa tal “Akizuki” que mencionas. Pues ése no es mi nombre.—