“Cuando alguien habla sobre el Mago Clow, tú pones una cara llena de bondad. Eso lo aprendí por mi papá, él ha querido mucho a mi mamá durante todo este tiempo, y si llegara a reencarnar, seguramente él se enamoraría otra vez de ella, y tú pones el mismo semblante que mi papá, por eso pensé que debe ser ese mismo sentimiento.” Aquellas palabras citadas por la nueva dueña de las cartas hicieron eco en la cabeza de Yue en cuanto su mirada se cruzó nuevamente con la del mago Clow, esta vez más joven, y en un cuerpo nuevo.
-No puedo decir que odio a mi nueva dueña, sin embargo… ¡Yo jamás deje de esperarlo!, ¡aun si no son la misma persona, aun si estas en esa forma, aun si eres una reencarnación, yo deseaba permanecer a su lado! - El carácter de Yue por lo general era inalterable, sin embargo estar ahora ahí, y sentir la magia de su querido mago Clow había logrado descomponer la compostura de su rostro a una expresión de anhelo, su ansiedad se dispersó cuando en cuanto Eriol le silencio al dormirlo. Su identidad falsa fue quien ahora abrió los ojos muy confundido. - ¿Me quede dormido? – Cuestiono al joven peliazul con una muy gentil sonrisa. – Discúlpame por haberte causado tantas molestias. -
