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BayasetoMcDiethel · 31-35, M
— Si los matas terminarás en prisión, será mejor que solo les dés una paliza con tus propias manos.... Al parecer se te da bien...

Ahora que lo pienso, que clase de hombre le interesa a una mujer enorme y fuerte como tú? Suena a broma pero me da curiosidad, mas siendo tan agresiva. —

Terminó de servirse su bebida caliente para comenzar a beber con calma mientras sus ojos estaban fijos en aquella mujer que aún se notaba su rabia.
La sangre se le había calentado rápidamente y las ganas de aplastar su débil existencia eran claras. Pero se lo pensó dos veces, matar humanos estaba prohibido, así que solo lo golpeo un poco para darle una terrible y dolorosa lección.

Para cuando se dio cuenta, había golpeado al hombre mas de la cuenta y estaba bastante mas mal de lo que había creído.

-¡MALDICIÓN, TODOS SON UNOS CERDOS! - Detuvo su último golpe al oír al buen hombre que la había ayudado.- ¡Bayaseto-san, la próxima vez permitame aplastarlos con mi masa, les quitare las ganas de pasarse de la raya conmigo!

No hizo mas que mirarlos terriblemente enfadada, tenia intenciones de hacerle daño de verdad, pero había sido interrumpida, bufo cansada hacia un lado y miro a los restantes.

-Bayaseto-san, lo tenia todo controlado.
BayasetoMcDiethel · 31-35, M
— QUIEN DEMONIOS ESTÁ GRITANDO COMO LOCA EN MI MALDITA TABERNA!!!??... —

??: Señor!!... Alguien intentó propasarse con la Oni y le dió una paliza! ESA MUJER ES PELIGROSA! HAGA ALGO! *dijo uno de los que se le había pasado la ebriedad de ver la violencia por parte de la mujer.*

—Voy por un poco de suministros y consumibles para abastecer y pasa esto.... YAMATO! SI ALGUIEN VUELVE A INTENTAR ALGO ASÍ TIENES TODO MI MALDITO PERMISO DE DARLE SU MERECIDO! PERO NO ROMPAS MIS MESAS Y MIS SILLAS!

Ahora....lleven a ese idiota al médico antes de que sea yo quien les de una paliza por querer hacer algo con nuestra maldita invitada lejana.... —

Algunos hombres tomaron al individuo y se lo llevaron corriendo hacia el médico del gremio en el segundo piso, el castaño llevó su mano a su cabeza suspirando y buscando una taza de café para servirse.

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