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xKaalia · 31-35, F
Ella con el cabello despeinado aún frotándose los ojos por el sueño, eso antes de echarse a correr en dirección a Andi.
xKaalia · 31-35, F
Comió de su mano, en calma y con la sutileza propia de recoger el cereal de aquella cuchara sin derramar nada. Ello le valió para escucharlo, para verlo a los ojos en la cercanía de su encuentro, en la intimidad de sus palabras que, ciertamente compartía en acción y emoción, así que sonrió a medias mientras pasaba el alimento, carraspeando en breve— Encontramos la felicidad en el trasero del mundo. —admite para luego erguirse y suspirar, tanta calma le llena el pecho, pero en el fondo si lo medita, también le inquieta— Me imagino a Moka cuando crezca más, cuando deje de ser una adorable mocosa y comience a cuestionar todo lo que decidamos. —lo dice con actuado pesar, de ese que se nota en el modo de hablar y en el gesto exagerado en su rostro al palparse la frente— Pero creo que estaré lista, tú serás el de los permisos absurdos y yo la de las reglas y castigos. Así es esto. —alza los hombros y ríe, siendo ese instante el mismo en que Moka se asomó a la cocina con Café a su costado. El
Andissiel · 26-30, M
—¿Yo? Nah —negó, una y otra vez mientras le veía acercarse a él. Con el bol y la cuchara de plata dentro—. Yo soy un bicho de ciudad, pero hacemos lo que podemos.

Alzó su diestra, armada con el cereal puesto en el cubierto, lo llevó a la boca ajena para que pueda comer aquel nutritivo cereal con leche fría. Había muchas cosas que pensaba Andissiel en ese momento, mientras negaba. Miró la casa, era horrible, faltaba reparar muchas cosas pero al menos se sentía como un hogar: Las botellas propias, las cosas de Moka, los cuchillos de Kaalia. Sus cosas estaban ahí, aunque todavía soñase con su apartamento.

—Y podemos hacer mucho, pero eso es nada más porque te tengo de mi lado...—dijo con total confianza, mientras retiraba aquella cuchara de la boca ajena para poder continuar comiendo—. Ya pase mucho tiempo quejándome, pero ahora puedo decir que soy bastante feliz aquí. Con Moka soy feliz, mucho.
xKaalia · 31-35, F
La resolana caía en su rostro mientras miraba por la ventana ¿cuánto llevaba ahí? No idea, las mañanas a veces eran así, lentas, silenciosas cuando Moka no despertaba antes que los gallos del campo y café se quedaba a hacerle compañía. Era uno de esos días, donde se respira en quietud. De ahí que el comentario le pasase casi ajeno, hasta pillarlo y voltear el rostro en dirección a la barra de la cocina donde él desayunaba, riendo en bajo— ¿De qué hablas? Aún no sé sembrar ni hacer mantequilla fresca o traer los huevos del día a la mesa. —y se acercó— ¿Qué hay de ti, eh? Te hace falta el sombrero y el acento del campo. Tierras, ganado, caballos y botas de piel. —se inclinó, abrió los labios y esperó, le estaba pidiendo cereal con esa acción.
Andissiel · 26-30, M
Jackson tenía razón, pareces una autentica redneck -No pudo evitar reírse en voz alta mientras desayunaba, no porque no le gustase verle, pero aún así, le parecía que Kaalia se había adaptado a la vida rural demasiado bien. Cualquiera diría que se llamaba Wendy y había vivido aquí toda su vida, esa capacidad de camuflarse por parte de la ajena le sorprendía mucho. Al punto de hacerle carcajear de forma nerviosa, hundió la cuchara de acero que tenía más años que la casa misma en su cereal con leche- Me gusta, me gusta.

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