La idea le sonó bien, tanto que le secundó con una risa alta, grata— Cuando tengamos nuestra casa también tendremos otro perro, así no estará solo mientras no estamos. —andaba descalza, su andar era liviano al seguirle el paso por el pasillo, a sabiendas del destino al que irían a parar; no se opuso, claro que no, y aunque el resultado sería sexual, ya dentro de la habitación se le prendió por el cuello para besarlo efusiva, sonriendo en medio de ello por el dulce juego de palabras— Quererte así debería ser ilegal. —le murmuró. Lo que sucedería a puerta cerrada esa noche era evidente.
Siempre se porta bien. Es solo un chico torpe...cuando tengamos nuestra casa con patio verás que no tirara nada. -Aclaro, con cierta confianza entre sus labios. Mientras sintió la resistencia inicial, mucho más al ver aquella ceja siendo levantada, aquel gesto sin dudas le encantaba. Andi la jalaria hasta dentro del cuarto, y antes de cerrar la puerta se oiria- Por ser tan bonita, eso debería ser ilegal.
— Tiró el bote de basura e hizo un desastre en la cocina. No sé portó bien ésta vez. —el perro bajó las orejas, era bien entendido a pesar de todo. Kaalia estuvo por cruzarse de brazos, hasta sentir el agarre y andar junto con él— ¡Ah! ¿A mí? ¿Por qué? —entrecerró los ojos un momento, mirándole con una ceja en alto luego.
¿Por qué regañas a nuestro perro? Se supone que es muy buen chico para nosotros. -Dice, abrazandole suavemente, a pesar de eso, Café no deja de observar a Kaalia con rectitud militar. No puede negarse a aquello. Andi por otro lado se puso de pie, acercándose a ella, tomándola del brazo mientras la jalaba con el- Tal vez sea yo quien te reprenda.
— Me mira así porque lo estoy regañando, sabe que no estoy jugando. —se irguió un tanto, mirándole ahora a él, sin poder reprimir la risa por su actuación— ¿Quieres que te regañe y reprenda también? Debería hacerlo. —coloca las manos en su cintura, retomando la seriedad y firmeza, fingidas, claro.
¿Por qué dejas que Café con Leche te mire así? Parece que se le salen los ojos. Ha de sentir tu perfume. -Dice, imitandole. Observandole con la misma mirada. Fingida a la vez que cómica-
