Sí que rió, fue tan espontáneo como fresco el motivo de su gracia, y por ello hasta se halló negando con el rostro, mordiéndose la punta de la lengua antes de volver a sonreír, remontándose a cada mañana vivida hasta ahora; exhaló con ganas y bebió otro trago, poco más largo que el anterior, saboréandolo en silencio mientras él se bebía gran parte de la cerveza— Seguro que nos queda mucho más... —dijo en inicio, dando una pausa corta al mirarle con mayor atención, dejando el vaso sobre la barra— Es decir, no me tatué algo tan importante sólo para volver a Rusia y ser la burla de todos ¿sabes? —mencionó aquello con falsa indignación, nada más que una broma que se rompió al acercarse a él y lamer sin más ni más la comisura de sus labios, justo donde un rastro de espuma había— Mentira, quiero quedarme, aquí, donde sea, debajo de un puente, en una granja o una zanja, pero contigo. —le era más natural decirlo, increíble el cambio a diferencia de aquellos días donde (...)