Hubo un gesto en respuesta, sobreactuado, pues alzó las cejas y desvió la mirada a un costado, como si pusiera en duda aquel primer comentario, bromeando tan sólo— Puees... —dijo sólo para obviar su juego, negando luego con el rostro, dejándose hacer, claro. Observándolo al besar sus nudillos, justo como hacia ella tantas y tantas veces.
De ahí que exhalara en honor a lo vivido, a sus palabras, al pacto mudo entre ambos.— También te buscaría. —dijo primero, sonriendo por tal gesto, enternecida de alguna manera— Recuerdo el siguiente día al bar... Babeabas. —presionó los labios, recordaba con lucidez, un departamento, drogas, el dealer en ropa interior y música horrible en su encuentro— También dudabas del porque yo estaba ahí. —esa mano que el sostenía se volvió para tomarle la barbilla, moviéndole el rostro de lado a lado, mostrándose ceñuda de pronto— Quise abofetearte en ese momento. Dudabas tanto, y mira hasta donde hemos llegado. —le soltó con cuidado y bebió, un trago cortito y