—Se hizo lo que se tenía que hacer— Respondió seco a las preguntas de Kaalia, era lo importante, directo, como la mayoría de las veces. Su figura se mantuvo firme, su rostro inexpresivo y sin embargo pese a esto el tiempo había dotado a Theodore de un gesto severo, de una figura autoritaria que sabía imponerse con solo estar presente, el tema estaba terminado, su mano derecha permaneció apretada, señal de molestia, enfado por el atrevimiento de Kaalia al pedir explicaciones sí, pero también enfado por fallar a la promesa de cuidarla, ella ya no era la niña que cargaba en brazos en un país lejano, ella ya no era la niña que temblaba en su oficina pidiendo entrar a la boca del lobo y dejar atrás su vida, la mujer que estaba delante de él había pasado cada prueba que se le puso en frente. Si bien nunca le había tratado con especial cariño lo cierto es que el la veía como un viejo soldado ve partir a un hijo a una guerra, sabía lo que ella había dejado atrás y lo que enfrentaría a partir