Toda la razón. Oh, vaya. Ya se me antojaron unos macarons.

— Tal vez con un poco de café negro, contrastaría un poco mejor.

¡Si! Me gustan porque son muy coloridos, además de deliciosos, claro.

— Macarons, si los he probado. Admito que son muy dulces. — Comentó mientras recordaba. — Su foma es curiosa, como el de una hamburguesa muy colorida. —

¿Otro dulce o mejor? Uh...— Lleva su dedo índice hacia su mentón en ademán pensativa. — No sé si mejor, pero los macarons también son muy deliciosos.

— Ya veo, endulzar el día. ¿Hay algun otro dulce que deba probar? ¿O... uno mejor? — Cuestiona lleno de curiosidad. Debía aprovechar un poco ya que finalmente había salido del laboratorio.

¡Deberías hacerlo! No hace mal comer algo de dulce para endulzar el día. ~

— Quizás debería conseguir más. — Dijo tras pensar un momento y llevar su diestra a su barbilla. —Seguro a mis compañeros les han de gustar. —

Ujum...— Asiente varias veces con su cabeza tras escuchar la opinión de su contrario, dándole la razón en cada una de sus palabras, sin dejar de sonreír. — Sabía que te gustaría. Son muy ricos.

Era algo suave en textura, irónico en su opinión ya que a simple vista parecía firme. Por otra parte, el dulce no era invasivo, se encontraba en el borde de la neutralidad: un equilibrio perfecto. — Es muy bueno. — Dijo con una suave sonrisa tras tragar el bocado. — Me gustó. —