« Back to Album · Next »
This page is a permanent link to the comment below. See all comments »
N1551025 · M
Para sosegar la inquietud de esas preciosas piernas pálidas y suaves, ¿Qué mejor que dos manos que aunque ásperas, aunque un tanto callosas, brindaban control? A manos bien abiertas cogió generosamente la carne de su pequeña mujer. Parecía un vulgar avorazado pero tampoco la tocaba con desespero: se trata de sobarla lento y dejándole la marca de tensión con que sus manos aplacaban la inquietud ajena; ora sobre su muslos, ora sobre sus nalgas, pero zona por abarcar no le faltaba. Y si hablamos de voracidad, su boca en ese momento era punto de referencia en cuanto a cómo chupaba los pístilos de esa florecilla abierta. Se pasaba por alto la regla principal de etiqueta: no hacer ruido mientras se come, pues los tronidos de su boca eran inevitables al comer algo que le agua la lengua.
Y en cuanto a éste, músculo fuerte, le sacaba ventaja a su autonomía de movimiento...
Y en cuanto a éste, músculo fuerte, le sacaba ventaja a su autonomía de movimiento...
Add a comment...