«El deseo incesante de pertenecer a una ciudad que por si misma tiene vida propia, donde su alma esta sumida en la oscuridad de la noche, los rascacielos y las luces neón se entrelazan en una sinfonía adictiva y si no eres lo suficiente fuerte te puedes consumir en las sombras. »
— Recuerda que Night City no es un lugar para los débiles.
— Soy Jin—, declaró con firmeza mientras se acercaba a ella. Sus ojos, sombreados por la lluvia, evaluaron con agudeza a la mujer ante él. — Mi fixer me dijo que tenías un trabajo para mí. Espero que los edis valgan la pena. No soy de trabajar con gente de tu tipo. —
Su tono era un desafío velado, una muestra de que aunque pudiera necesitar el trabajo, no estaba dispuesto a doblegarse ante la aparente arrogancia de los Corpos. Había vivido lo suficiente en las calles de Night City para saber que la lealtad en este mundo estaba reservada para aquellos que merecían su confianza.
Curtido por las vicisitudes de Night City, apareció en la esquina del distrito Watson con una seguridad que solo la experiencia podía proporcionar. La lluvia que caía sin piedad resbalaba por su abrigo de cuero desgastado creando un brillo sutil en el material. Su paraguas, una reliquia del pasado, protegía su rostro del aguacero ácido que caía del cielo nocturno.
Desde la distancia, había detectado a la misteriosa mujer. Su gabardina negra ondeaba al viento y su paraguas desafiaba a las inclemencias del tiempo. Era evidente que ella pertenecía a las altas esferas de la sociedad, una figura Corpo en un mundo donde los poderosos manejaban los hilos con destreza. Pero él, no se dejaba impresionar fácilmente.
Llegó al lugar en la fecha y hora pactada, había caminado bajo la lluvia impetuosa, con una gabardina negra larga y un paraguas que le servía para mantener un perfil bajo en aquel distrito oscuro y decadente; perfecto para mantener el anonimato y hacer negocios.
Normalmente odiaba a los fixers, pero al estar en la posición en la que ahora se encontraba, era difícil no apoyarse de ellos.
Necesitaba una persona que le sirviera para salir de la corpo con la promesa de no intentar nada estúpido y mantenerse con vida. Así que su fixer de confianza le consiguió a un tipo con buenas referencias, se sabia mover por Night City y era lo que buscaba para iniciar con su plan maestro, no sin antes probar de lo que sería capaz de hacer.
Pauso su andar al notar la presencia masculina, observándolo tras las sombras que nos obsequiaban las calles y la tenue luz de las lámparas, cruzando miradas en aquella noche implacable.
Las luces de neón parpadeaban en la distancia, reflejando destellos en los charcos de lluvia que salpicaban el pavimento sucio de Night City. Jin, era un street kid en este entorno oscuro y futurista. Había crecido en las calles, conociendo los entresijos de esa metrópolis distópica como la palma de su mano. A medida que avanzaba por el asfalto mojado, sentía la adrenalina correr por sus venas. Tenía una reunión importante con una misteriosa mujer, y todo olía a problemas.
Su contacto le había advertido sobre esta mujer. Decía que era alguien influyente en el mundo de las sombras, una puerta de entrada hacia la elite de Night City. Pero primero, tenía que ganarse su confianza. La lluvia caía incesantemente, una metáfora perfecta para la vida en esa ciudad: fría, implacable y siempre en movimiento. Finalmente, él había llegado al punto de encuentro, una esquina sombría en el distrito de Watson.
