Tras haber desaparecido por bastante tiempo, había regresado en el oleaje de las aguas, llevándolo hasta la orilla de la playa donde quedó varado en la arena. Ignoraba cuanto tiempo había pasado, de hecho ni siquiera estaba consciente, lo último que recordaba fue una tormenta que acabó en huracán.
La sonrisa en sus labios fue amplia, manteniéndose atento a su alrededor, intentando reconocer la figura ajena enfrente suyo y subiendo las manos en un intento de tocarlo, de delinear su rostro.
—No sé que sucedió... La tormenta me arrastró...
Musitó apenas, antes de sentir el aroma de la comida y abriendo la boca para recibir el bocado, comiendo tranquilamente, suspirando con alivio pues se notaba que no había logrado comer bien en un tiempo, estaba aún más delgado y con menos músculo que antes.
