Había comido aquellos dulces y chocolates que le regalaron por andar disfrazado aunque, al cabo de un rato, empezó a sentirse mareado y bastante más torpe de lo normal.
—¿Qué está... pasando?— Murmuraba casi arrastrando la voz, terminando por tumbarse en la mesa y sentir que esta se movía como si fuera a la deriva sobre las olas. Comenzó a ganarle una leve risa, ignorante de que había ingerido licor por primera vez en su vida y, en demasiada cantidad, para acabar.
-Se le había pasado pero para él compartir su escondite con sus aliados no era un problema por éso también dijo que era su casa también, la del camaroncito y con los brazos detuvo su tambalear, supuso que sus piernas se habían cansando un poco también. Sonriendo sobó su cabeza también poniendo el cuerpo-
Te lastimaste un poco ayer. ¿Te duele? Conseguiré medicina...
-En su ebriedad había tropezado más de una ocasión y chocado con algúna pared, había estado probando chocolates de licor-
