Había comido aquellos dulces y chocolates que le regalaron por andar disfrazado aunque, al cabo de un rato, empezó a sentirse mareado y bastante más torpe de lo normal.
—¿Qué está... pasando?— Murmuraba casi arrastrando la voz, terminando por tumbarse en la mesa y sentir que esta se movía como si fuera a la deriva sobre las olas. Comenzó a ganarle una leve risa, ignorante de que había ingerido licor por primera vez en su vida y, en demasiada cantidad, para acabar.
-El camaroncito parecía un niño quejándose al no tener lo que quería y entonces viendo que seguía buscándolo Wei accedió y se arrimó para que lo encuentre, se dejó atraer empujando sus propias botas para quitarselas antes de entrar a la cama, no era lo más suave del mundo pero era lo suficiente cómoda, aunque un tanto pequeña para dos personas, pero éso no parecía molestar a Kai-
No te despiertes... ¿Esta bien? dormiré aquí Camaroncito~
-Quitó su capa externa de traje y entonces se pudo poner cómodo mientras estaba a la mano del Camaroncito ebrio-
