— JAJAJA!! — Lumiel comenzó a reír como una loca cuando el Guardián cayó al suelo en medio de toda la podredumbre — Sii!!...mira como muere jajaja asquerosa criatura de luz, tu resplandor se apagó así como tus deseos de justicia. — luego descendió poco a poco hacia el Noapte qué parecía estar satisfecho con su trabajo — Amo...estaré más atenta mi señor,por usted enfrentaré lo que quiera...mmm qué hermoso aroma a muerte Mmm... — dijo y comenzó a caminar junto al Noapte, luego volteó para ver nuevamente la criatura — Que hermoso plumaje, me dan ganas de usarlo, se ve suave...¿Tal vez usted pueda?..

Esta vez la lanza si atravesó su corazón, y la bestia cayó rendida sobre el suelo, a orillas de aquel río contaminado, sus blancas plumas fueron salpicadas por la tierra podrida y basura que había en el lugar. Helhest desde donde se encontraba, simplemente elevó su mirada a Lumiel y le dio un aplauso, sólo uno.

- Bien hecho, fue un trabajo increíble, aunque necesitamos hacerlo mucho mejor cuando encontremos nuestro objetivo. - Agregó sin más, y se dispuso a continuar su caminata haciéndole señas de que la siguiera.

- Dentro de poco saldremos de éstas tierras, ya no estaremos en nuestro territorio, así que no debe sorprenderte que nos empecemos a cruzar con humanos y otro tipo de criaturas. - Comentaba a su acompañante, explicándole que seria mejor no llamar la atencion.

al descubierto y su corazón expuesto al ataque como lo había predecido el Noapte — ¡MUERE YA!!! — gritó con todas sus fuerzas observando como la lanza daba en el blanco atravesando a la criatura en el punto más vulnerable, su corazón.

Desafortunadamente su plan no había funcionado como ella hubiese querido, la segunda lanza no dió en el blanco y no solo eso, si no que la gran criatura comenzó a perseguirla por los cielos, El Guardián era veloz pero lumiel lo era más aunque estuvo dos veces muy cerca de ser triturada por aquellas inmensas fauces —Tsk!! — entonces pudo escuchar la voz de Helhest dentro de su cabeza qué le hablaba y le dijo una manera de como derrotarla, en ese momento mientras esquivaba al monstruo, Lumiel pensaba en su siguiente movimiento —... Ya se... — susurró, entonces utilizó dos de sus dones combinados, intangibilidad he invisibilidad, Asi el dragón la atravesó rápidamente pasándola de largo sin hacerle daño y sin saber ahora su ubicación, asi cuando el dragones dio la vuelta, lumiel volvió a materializarse y hacerse visible, entonces invocó el fuego infernal creando otra gran lanza la cual arrojó inmediatamente cuando la bestia revoloteó sus grandes alas dejando su pecho

Helhest permanecía de pie, observando como Lumiel enfrentaba al espíritu guardián de aquél lago el cual era normal que estuviera furioso, después de todo su territorio había sufrido una contaminación irreversible.

El segundo ataque de Lumiel pretendía dar en el blanco, pero la enorme bestia alzó sus alas y se rodeó de un remolino tan violento que no solamente la hizo retroceder, sino que además desviaría ese ataque, y el humo que rodeaba su cabeza.

- Pagarás lo que has hecho. - Sentenció la furiosa criatura quien batía sus alas, pretendiendo atrapar a Lumiel con sus fauces. No obstante, ella podría sentir la voz de Helhest en su mente, quien le hablaba por telepatía.

- Escucha, cuando esa cosa abre sus alas, deja su corazón expuesto, aprovecha esa oportunidad. -

arrojó directo a las fauces de la criatura cual rayo para interceptar la bola de energía qué preparaba haciéndola explotar con el impacto en el mismo hocico de la criatura, asi fue como una gran y poderosa explosión se produjo seguido de humo espeso qué cubrió la cabeza del reptil. El ataque tenía una doble intención, distraer al dragón para que Lumiel ejecutara otro movimiento con suma rapidez, asi que haciendo uso del vuelo y velocidad sobre humana, ella se elevaría rápidamente hasta posicionarse justo detrás de la criatura, creando así una segunda lanza más grande que la primera y la arrojaría del mismo modo pero ahora directo a la nuca buscando penetrar sus duras escamas y perforar su cráneo de un ataque—Muere... infeliz!

Lumiel se reía como una loca cuando Helhest le recordó aquello — JAJAJA.... ¡Esa estúpida no paraba de llorar, ya me tenía arta, chillaba como una maldita rata! — dijo sin el más mínimo arrepentimiento hasta que algo los interrumpió, aquella criatura de luz parecida a un gran dragon que hablaba sobre hacerlos pagar por sus acciones — Mmm... — Lumiel dibujaba una amplia sonrisa en el rostro mientras escuchaba aquella palabrería qué le entraban "por un oído y le salía por el otro" Debido a que solo tenia oídos para el Noapte en ese momento — Mmm Nadie tiene derecho a juzgarme...solo mi señor Helhest — dijo y luego miró a Helhest cuando le ofreció hacerse cargo — Trataré de no usar mucha energía...si así lo desea mi señor — acto seguido frunció la frente, apretó los dientes y extendió su diestra a su costado para invocar el fuego infernal, su elemento principal el cual podía manipular de cualquier manera, esta vez creó una lanza de fuego la cual sin más...

Era una criatura de luz, envuelta en un destello blanco y con plumas resplandecientes del mismo color, similar a un dragón, éste sentenció desde lo alto, a unos veinte metros por encima del suelo. -Ustedes, que por donde quiera que pasan dejan muerte y desolación, pagarán por lo que han hecho durante tantos años, yo, el guardian de éste lago, los eliminaré, -

Y abrió sus enormes fauces comenzando a formar una bola de energía, a lo que Helhest mencionó - ¿Te ocupas de él Lumiel? Recuerda no usar demasiada energía - Ordenó.

Si bien ya se habían alejado de la montaña, el cielo aún no tenía un color que representara vida alguna, estaba opaco, y tan oscuro como los escombros y plantas que rodeaban aquel lago de sangre y agua podrida.

Helhest, ya lejos de sus dominios, caminaba junto a Lumiel. - ¿Recuerdas cuando destruimos una aldea en éste lugar? Esa pequeña escoria humana lloraba sin parar, hasta que tu la poseíste. - Liberó una carcajada, de cierto modo observar la "nada" lo hacía feliz, pero entonces, algo inesperado sucedió. Un fuerte resplandor surgió del interior de aquel lago putrefacto, y una extraña figura se plantó ante ellos.