Se tocó la nuca y le miró curioso. La siguió sin perder tiempo muy intrigado sobre las lecciones que ella les estaba ofreciendo. Aunque aun desconocía su nombre, no le inspiraba desconfianza. Asintió a cada observación que ella hacía.

-Lo entiendo, intentaré controlar el uso. Se lo diré a Rhyne también. Él debe de llegar pronto -Volteó para observar unos arbustos sacudirse qu. Sin embargo, al recibir aquella orden le tomó unos segundos reaccionar-. ¿Eh? ¿Eh? ¿Ahora?

Teniendo la presión del tiempo, corrió hacia el pie del árbol y con sus manos y pies desnudos intentó trepar, fracasando los primeros tres intentos. Al cuarto logró sujetarse con dificultad.

-¡Es difícil!

Buscó escalar aun más pero apenas llegó a la mitad cuando cayó sobre su espalda.

-¡Es imposible!

De repente, una pequeña mancha se precipitó rápida como una bala sobre una de las manzanas haciéndolas caer.

-¡Mira! ¡Conseguí una!

Una trenza azul se asomaba meneando desde los arbustos que vio a