Escucho a sus amigas defender a Chloe y cuando iba a opinar sintió la caricia en sus orejas, lo cual hizo se le erizara la piel, pues era un punto sensible que muy pocos conocían, desvio la mirada para sacudir su cabeza y apartar esa sensacion- Como digan, pero yo digo que arbol que nace torcido jamas su queso endereza... o algo asi. Hablando de queso ¿No quieren ir a comer? Hace hambre que tal si vamos en forma humana, podemos ir a todos los lugares y hacer destrozos sin pagar- emocionado con la idea de hacer travesuras sin medir las consecuencias de estas ni tener preocupacion de ello.
La alegre sonrisa de la abeja se mantuvo aún cuando su mirada se centro en el felino Kwani. — Mi reina no es una mala persona. Ella solo fue sobre consentida por su padre y madre. Es normal sus emociones se tambaleen cuando un capricho no se le cumple. — Se encogió un poco de hombros, como si aquello fuera algo de menor importancia. Pollen sabía perfectamente que había caído en manos de Chloe Bourgeois por un descuido de Lady Bug, y que aunque había sido Akumatizada en más de una ocasión, eso no significaba que la rubia heredera fuera una mala persona. Ella lo sabia mejor que nadie, después de todo había visto su corazón cuando le otorgó sus poderes.
— Pollen. — No se demora en sonreír ante la presencia de la abeja, ya que hacia mucho tiempo no estaban juntas. Se dejo abrazar con aquel acto fraternal, riendo un poco ante las ultimas palabras de la pelinegra. — Aveces si dices cosas un poco raras Plagg. — Extiende su diestra hacia el Kwami, dando una caricia con su indice por entre sus felinas orejas. — Estoy segura de que Pollen puede ser una muy buena influencia para Chloe.
- ¡Claro que no! ¿Como olvidarte? Si te ves...- ante su comentario fue interrumpido, salvado por Pollen, así que la miro y suspiro de alivio- Yo no digo incoherencias Pollen, solo digo la verdad, y lo mejor es que ya estas aquí tu también, puedes controlar el humor de Chloe pues Hawk Moth esta acechando a los ciudadanos de París- se cruza de brazos sin mirarlas aun flotando frente a ellas.
— No te ves rara. Te ves preciosa, Tikki. — Había imitado a su compañera adoptado también su forma humana, luciendo su largo cabello negro recogido en una coleta, así como finas prendas en amarillo y negro. No dudo en abrazar a la mariquita por los hombros y darle una sonrisa. — Recuerda que el gato dice muchas incoherencias. —
Por un momento vio a Plagg con cierta extrañeza, inclinando su rostro hacia la derecha. — ¿Rara? ¿Por qué lo dices Plagg? ¿Habías olvidado como me veía en esta forma?
