31-35, M
Solo soy un triste payaso, uajajajajajaja.
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Sapphire666 · 100+, F
*Huesos rotos, carne hecha tiras, órganos vitales y vísceras yacen en el piso sobre un enorme charco de sangre que paulatinamente se esparce por el asfalto, las líneas del mismo rojo carmín ilustran el acto de horror, una "hermosa" obra de arte para los amantes del homicidio, aclamados y bien definidos por la crueldad humana.*
*Independientemente de las risas, Evelyn se acercó al jugoso cuerpo aún fresco, llenando con su metálico hedor cada centímetro a la cercanía. Entonces, sin mayor preámbulo, se colocó de cuclillas y aproximó sus pequeñas y regordetas manos a los restos humanos que alguna vez conformaron un cuerpo vivo. La curiosidad es latente, mórbida e infantil, sintiendo la viscosa contextura que presume cada parte de aquel cadáver, además es de esperarse que la sangre tiña con su color carmín las manos de la pequeña, al igual que su uniforme escolar, es claro que cualquier infante saldría de la callejuela e iría a las faldas de su madre, pero eso no sucede con aquella pequeña cuya edad no sobrepasa los seis años, tal vez es simple ignorancia de identificar el bien y el mal, o quizá inocencia, quien sabe.* -Es ... raro, muy raro. -Dijo tomando entre sus pequeñas manos un pedazo de carne, por no decir que el mismísimo músculo que alguna vez perteneció a la parte del fémur de la pierna izquierda.-
*Independientemente de las risas, Evelyn se acercó al jugoso cuerpo aún fresco, llenando con su metálico hedor cada centímetro a la cercanía. Entonces, sin mayor preámbulo, se colocó de cuclillas y aproximó sus pequeñas y regordetas manos a los restos humanos que alguna vez conformaron un cuerpo vivo. La curiosidad es latente, mórbida e infantil, sintiendo la viscosa contextura que presume cada parte de aquel cadáver, además es de esperarse que la sangre tiña con su color carmín las manos de la pequeña, al igual que su uniforme escolar, es claro que cualquier infante saldría de la callejuela e iría a las faldas de su madre, pero eso no sucede con aquella pequeña cuya edad no sobrepasa los seis años, tal vez es simple ignorancia de identificar el bien y el mal, o quizá inocencia, quien sabe.* -Es ... raro, muy raro. -Dijo tomando entre sus pequeñas manos un pedazo de carne, por no decir que el mismísimo músculo que alguna vez perteneció a la parte del fémur de la pierna izquierda.-