Se encontró sumergida en un misterioso cuerpo acuático, el color no era cristalino, parecía poseer un ligero tono blanquecino, hacía resaltar la fisonomía de su anfitrión. Emergió de ese líquido únicamente para hacerla entrar y ahí permitirle conocer más del mundo físico, aquél que la haría realidad, que permitiría que ella dejara atrás el estado de anhelo y se convirtiera en un ser tangible, capaz de dejar una huella biológica, más allá del mundo metafísico.

Le fue mostrado su futuro, al menos parte de lo que estaría por vivir, no había posibilidad de elegir, cada conciencia en el universo, pasaba por una especie de fila de espera y el turno siempre llegaba; a veces se tenía la buena o mala fortuna, de conocer un poco de lo que podría esperarte una vez que se te dotara de un cuerpo físico. Una vez que lo veías, al cruzar esa cortina invisible entre lo espiritual y lo físico, la mayoría olvidaba lo que les era mostrado. .

Ahora podía saber que ella, sería una mujer, en unos minu