{A special kind of Kittie} || × English RP ×
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TH1560262 · M
— Oh, a strange cat. — The angel came with a bunch of fish that bought in the morning.
12o12 · M
‘’¡Y son ya las 5 de la mañana, oh por favor! ¿Cuántos estarán escuchándonos a estas horas, oyentes queridos? Para la fiesta, los revolcones de cama, un poco de diversión… En la mejor radio de los 60, 70 y 80, ¡M7S!’’
‘’¿Cuál va siguiente en la lista?’’
‘’Pues quizá a los más melancólicos les va a dar ganas de mover la pelvis por pedido de una oyente, Laura P., ¡The final Countdown de Europe!’’
La canción a gran volumen lo despertó entre gruñidos. Movía la mano de forma agresiva a lo largo de la mesita de noche, ejerciendo fuerza en los dedos.
‘’… We're leaving together,
But still it's farewell...’’
Al tacto, pudo sentir algo duro y agujeros por la parte frontal. Subió los dedos violentamente hasta alcanzar desniveles, como los de un botón, y presionó. No lo apagaba por algún motivo, así que acabó por tirarlo al suelo e incluso así seguía sonando.
‘’…It's the final countdown!
The final countdown!’’
Acabó por levantarse de la cama, al menos lo suficiente para buscar el botón de apagar con la vaga luz de las calles. Pudo conseguirlo y resopló.
—Fue una hora antes del despertador, eso sí.— susurró.
—Encima que es mi canción favorita de ellos… Ffm…— gemía muy suavemente una voz femenina.— Eres un hombre muy interesante…
La prostituta se levantó hasta la cintura de la cama y lo abrazó suavemente. Estrujó los pechos, de un tamaño considerable, contra la espalda ajena. Acariciaba con las yemas su piel, no tan seca como ella esperaba.
—Dime si has escuchado una canción de Europe que no sea The Final Countdown.
—En fin. Eres un puto amargado, ¿lo sabías? — gruñó.
La mujer se sentó sobre la cama, apoyando los pies en el suelo. Buscó los tacones para ponérselos y, de paso, el tanga.
—Oye. — Sergéi giró el rostro.
—¿Qué quieres? ¿Vas a llamarme posturera o qué?
—No. Hazme un favor para la próxima.
—Escucho.
—Quiero que traigas ropa muy concreta.
—¿Roleplay? ¿No sabes que eso es más caro?
—Que te crees que estoy escaso. Calla y escucha.
—Que sí. Blablabla.
—Cuando vuelvas, hazlo con un traje de chaqueta.
—Ah… Espera. ¿Perdona? — arqueó una ceja, soltando una carcajada.
La mujer ya estaba de pie y con la falda, solo le quedaba ponerse el sujetador y top.
—De hombre.
—¿Eres maricón y por eso me has tratado así todo el tiempo?
—Te pago para que cierres la boca.
—Ahá.
—Con una peluca rubia. Sabes, como si no estuvieras peinada y tan corto como… Verás… Deja que piense.
—…
—Marilyn Monroe. No tal cual, sino la longitud. ¿Me entiendes? Nada de llevar uñas de gel, tampoco maquillaje. Apúntatelo en la cabeza.
—Eh… Claro. Tomaré los billetes y me largo, ¿de acuerdo? Hasta luego, cari.
—Adiós, Bárbara.
Comenzaría vestirse una vez ella ida. Cuando iba con su habitual ropa, no muy formal, recibió un mensaje.
—¿A estas horas? — preguntó.
Cuando agarró el móvil, uno caro y de gran tamaño, sonó al momento; lo estaban llamando. El nombre del contacto lo dejó sorprendido.
—No sabía que llegaría a llamarme.— parecía sorprendido.
Movió tierra y cielo para borrar el historial de los hombres del ‘Coleccionista’, famosa figura anónima característica porque era una celebridad en el mundo de la moda, pero en el lado oscuro era un morboso, o una morbosa, que tenía en su colección lo inimaginable.
Cogió la llamada.
—¿Qué cosa tan especial ha ocurrido para que me llame?
‘’¿Cuál va siguiente en la lista?’’
‘’Pues quizá a los más melancólicos les va a dar ganas de mover la pelvis por pedido de una oyente, Laura P., ¡The final Countdown de Europe!’’
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La canción a gran volumen lo despertó entre gruñidos. Movía la mano de forma agresiva a lo largo de la mesita de noche, ejerciendo fuerza en los dedos.
‘’… We're leaving together,
But still it's farewell...’’
Al tacto, pudo sentir algo duro y agujeros por la parte frontal. Subió los dedos violentamente hasta alcanzar desniveles, como los de un botón, y presionó. No lo apagaba por algún motivo, así que acabó por tirarlo al suelo e incluso así seguía sonando.
‘’…It's the final countdown!
The final countdown!’’
Acabó por levantarse de la cama, al menos lo suficiente para buscar el botón de apagar con la vaga luz de las calles. Pudo conseguirlo y resopló.
—Fue una hora antes del despertador, eso sí.— susurró.
—Encima que es mi canción favorita de ellos… Ffm…— gemía muy suavemente una voz femenina.— Eres un hombre muy interesante…
La prostituta se levantó hasta la cintura de la cama y lo abrazó suavemente. Estrujó los pechos, de un tamaño considerable, contra la espalda ajena. Acariciaba con las yemas su piel, no tan seca como ella esperaba.
—Dime si has escuchado una canción de Europe que no sea The Final Countdown.
—En fin. Eres un puto amargado, ¿lo sabías? — gruñó.
La mujer se sentó sobre la cama, apoyando los pies en el suelo. Buscó los tacones para ponérselos y, de paso, el tanga.
—Oye. — Sergéi giró el rostro.
—¿Qué quieres? ¿Vas a llamarme posturera o qué?
—No. Hazme un favor para la próxima.
—Escucho.
—Quiero que traigas ropa muy concreta.
—¿Roleplay? ¿No sabes que eso es más caro?
—Que te crees que estoy escaso. Calla y escucha.
—Que sí. Blablabla.
—Cuando vuelvas, hazlo con un traje de chaqueta.
—Ah… Espera. ¿Perdona? — arqueó una ceja, soltando una carcajada.
La mujer ya estaba de pie y con la falda, solo le quedaba ponerse el sujetador y top.
—De hombre.
—¿Eres maricón y por eso me has tratado así todo el tiempo?
—Te pago para que cierres la boca.
—Ahá.
—Con una peluca rubia. Sabes, como si no estuvieras peinada y tan corto como… Verás… Deja que piense.
—…
—Marilyn Monroe. No tal cual, sino la longitud. ¿Me entiendes? Nada de llevar uñas de gel, tampoco maquillaje. Apúntatelo en la cabeza.
—Eh… Claro. Tomaré los billetes y me largo, ¿de acuerdo? Hasta luego, cari.
—Adiós, Bárbara.
Comenzaría vestirse una vez ella ida. Cuando iba con su habitual ropa, no muy formal, recibió un mensaje.
—¿A estas horas? — preguntó.
Cuando agarró el móvil, uno caro y de gran tamaño, sonó al momento; lo estaban llamando. El nombre del contacto lo dejó sorprendido.
—No sabía que llegaría a llamarme.— parecía sorprendido.
Movió tierra y cielo para borrar el historial de los hombres del ‘Coleccionista’, famosa figura anónima característica porque era una celebridad en el mundo de la moda, pero en el lado oscuro era un morboso, o una morbosa, que tenía en su colección lo inimaginable.
Cogió la llamada.
—¿Qué cosa tan especial ha ocurrido para que me llame?
–What a cutie~... Who's a good girl, uhm?– Asked to her while shaking a dying bird by the wing with her left hand, and a mouse by the tail in the same situation as the bird with the right one, smiling a bit.
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