Inercia, podría ser la palabra adecuada para describir lo que en él acontecía cada vez que Jeon se encontraba cerca. Sus pupilas flotaban de inmediato hacia los bonitas galaxias contrarias que el menor poseía por ojos, le resultaban tan bellos e hipnóticos, unido esto a lo melodioso de su voz, lo tenía embelesado.

Percatándose de sus acciones, acarició de forma sutil la mejilla de su novio en un afectuoso detalle, para posteriormente dar media vuelta y continuar con la presentación.

Esa mirada rebosante de afecto era absolutamente todo y con solo eso llegaría a conformarse aunque no existiría nada más de por medio; si, no requería más que sencilla atención diminuta.

Elevaría sutil ambas comisuras procurando ocultar su deseo y altas espectativas en excelencias, por supuesto, debía hacerlo magnífico frente a él.