« Back to Album · Next »
| Gracias, Níðhöggr.
 
This page is a permanent link to the comment below. See all comments »
ssin1563614 · 26-30, F
Ahora no solo era custodiada por la mirada y juicio de cada Arcadiano al que se le acercaba, a la lista se añadió un dragón. ¿Qué más faltaba por sumarse?

Una sonrisa de media luna asomó a la expresión antes afligida de la Arcadiana. Tenía ese presentimiento que cuestionaba las palabras del hombre, tal vez porque era consciente de la maldición impuesta en el reino: puedes entrar pero no salir. — Entiendo. ¿Tienes aposentos para quedarte? Puedo ofrecerte el palacio...— Aguantó una pequeña risilla, derivada de un momento de imaginación infantil — pero no lo destruyas cuando necesites estirar las alas. — Inusualmente risueña, Kassia regresó a ver las hileras de flores; si trepaba las ramas, tendría la posibilidad de hallar un mejor escondite para la próxima. — Eres bien recibido por mi pueblo. Lo debemos después de la falta de hospitalidad de un inicio —
 
Send Comment

Add a comment...
 
Send Comment