« Back to Album · Next »
‘.

La hora del té se vio interrumpida con el brioso azote de las puertas; las damas de compañía miraron a la entrada, donde uno de los soldados yacía acalorado y ansioso. A éste, le siguieron unos cuántos militares más, todos con la misma expresión que el primero.
◦ — Doamnā, es imperioso que nos acompañe a la celda del Este. Ha llegado... No sé cómo describirlo. No es de aquí... — Jadeante, se acercó paso a paso a la nada sorprendida reina.
 
This page is a permanent link to the comment below. See all comments »
NdV1572328 · M
El fuego en su interior desapareció y la duda lo asaltó. Qué le estaba pasando, qué le había hecho.
 
Send Comment

Add a comment...
 
Send Comment