Detuvo su risa en seco para arrugar la nariz en un gesto hilarante, tal como si hubiese bebido directo de un frasco avinagrado; podía imaginarlo, escurriéndose por su lengua, impregnándose en su paladar, sin necesidad de que invadiera su taza.

—No más té de la tarde para mí. —Sentenció, bebiendo su primer sorbo de té en tres años.

— ¿Cómo no pensé eso? Me encargaré de que te sirvan vinagre. — Bebió té, entre risas infantiles — De manzana, porque soy benevolente. —

Se soltó a reír, divertida y orgullosa de la reacción que provocó.

—No lo digas tan alto, o la próxima vez me servirán vinagre.

La calma al momento de beber se transformó en una pronunciada tos. —¿Ceño fruncido de troll? ¿De qué estás hablando? Yo no parezco un troll. — Las níveas mejillas de la Reginâ se tiñeron de un brillante carmín. — Debieron agregarte más limón y menos miel en el té. —

—La cocina debe renovar su menú. —Que aún recordaran a la anterior regina, su madre, de esa forma, tenía un sabor agridulce... Como si el tiempo se hubiese detenido para todos en ese palacio. En el fondo, no los culpaba, sin embargo... — Deberías mostrarles tu ceño fruncido de troll. —Prefirió tontear un poco más con Kassia. Llevaba tan sólo unos días de haber regresado a casa; no estaba en posición de levantar una "trifulca culinaria" para salvaguardar el estómago de su hermana.

— Recuerda que a mamá le gustaba con limón. Las cocineras lo preparan así por tradición.— Sostuvo su taza entre ambas manos y la elevó hasta sus labios para dar un sorbo. — Lo es. Sólo me hace pensar que alguien de la cocina me quiere muerta.—

—Me sorprende que lo sigan preparando así. —Acercó su taza para facilitarle el "traspaso"— Es casi una conspiración Real. —Se unió así a su broma.

— Ni hablar.— “Pescó” con la cucharilla la rodaja y así pasarla a la taza de Nerea. — Has salvado a toda una nación — Bromeó dulcemente.

—No sería un desperdicio si lo pones en mi taza. Sé que detestas el limón.

— Va en contra de mis principios desperdiciar alimento alguno, Nerea.—