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sada1554496 · F
¿ Cómo es que Sakuya, su dulce Sakuya, le pedía perdón ? Cuando ella, su simple recuerdo, fue la segunda luz que la hacía aferrarse a la vida. Sentirse en sus brazos fue sentirse en el cielo. Como poder tomar, por fin, un trago de agua después de estar en el desierto.
No, Sakuya... Perdóname tú. Por irme así. Por ser egoísta e infantil, y buscar una vida venturosa cuando mi corazón buscaba echar raíces...
No quiso hablar más en el camino; su cuerpo y su alma se sentían heridos, agotados. Pero con una lucesita de bríos que su Sakuya le inspiraba con sus cuidados y presencia.
Cerca de ese lugar se encontraba un pueblo; humilde, pero con lo necesario. Un hostal adecuado donde dos mujeres podrían instalarse, descansar, y seguir con su procesión.
En este caso, probó poca comida. Mucho té, eso sí. Y al cabo de un rato de beber a sorbos mustios, se interesó por mirar los ojos de Sakuya. {...}
No, Sakuya... Perdóname tú. Por irme así. Por ser egoísta e infantil, y buscar una vida venturosa cuando mi corazón buscaba echar raíces...
No quiso hablar más en el camino; su cuerpo y su alma se sentían heridos, agotados. Pero con una lucesita de bríos que su Sakuya le inspiraba con sus cuidados y presencia.
Cerca de ese lugar se encontraba un pueblo; humilde, pero con lo necesario. Un hostal adecuado donde dos mujeres podrían instalarse, descansar, y seguir con su procesión.
En este caso, probó poca comida. Mucho té, eso sí. Y al cabo de un rato de beber a sorbos mustios, se interesó por mirar los ojos de Sakuya. {...}
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