Cuánto sosiego a su alma traían los brazos y el calor de su hermana. Su tacto suavecito y el aroma de su cabello eran una sensación indescriptible de cariño y calma. Ella, en una suave risa, terminó por separarse de ella y, con renovado ánimo, buscar su mirada con el ámbar vívido de sus ojos, esbozando una sonrisa. ¿Eso crees? Si es así, me esforzaré mucho, muchísimo, en lo que eso sucede. ¡Haré feliz a Yuu Sama con mi servicio!
- Atenta, escuchó el pesar de su hermana y por un segundo sintió pena y tristeza por ella. ¿Cómo no sentir la emoción en las palabras de ella? Era algo que le dolía en el alma, ver como la fémina pasaba justamente lo que ella pasó alguna vez. Sus brazos se guiaron hacia la cintura contraria y en un suave tirón le atrajo para que se apoyara en su fisionomía, brindándole un suave acunar entre sus brazos y las largas mangas del kimono que portaba. Cerró los ojos y suspiró con suavidad, antes de responder -
Te entiendo... Pero es mejor despertar y ver que Yuu-sama espera lo mejor de nosotras. Nos cuida, nos protege y debemos responder... No debes temer por lo que pueda ocurrir. Teme a que eso no pase nunca y tengas que vivir de sueños. Y quien sabe... Tal vez un día ese Nobushi llegue aclamando por ti. Pero mientras, debes seguir las palabras de Yuu-sama, mi pequeño lirio.
Su cuerpo cosquilleaba sólo recordando esos sueños lúcidos donde un Nobushi acudía a su lecho. Fuerte y tañido por las marcas de innumerables batallas. Un ejemplar digno de los forajidos y sin ley. Incluso puedo palpar su cara, sentir su...
Un suspirillo ahogado, de ensueño, la hizo sonreír y luego abrir sus ojos rasgados teñidos por el ámbar. Ni siquiera había incursionado en las artes amatorias, pero cómo anhelaba ser tomada por un guerrero digno. Ojalá hoy no sea mi primera. Tengo miedo.
¿Sigues soñando con él? Deberías ya dejarlo, la mayoría solo buscan... Ya sabes...
- Suspiró levemente al ver a su hermana prácticamente soñando con algo que para ella era un imposible. Le dolía tener que ponerle los pies en la tierra, pero era algo de lo que debía encargarse si quería que ella no fuera castigada por su amo. Llevó la diestra sobre los cabellos de la fémina y le hizo cariños en la misma, mostrándose sonriente -
