— Observar el cielo y llegar a una sóla conclusión... Sobrevivir una guerra te hace la puta ostia pero tratar de sobrevivir la vida te hace un vago de mierda.—
Te lo haré más fácil: Soy una muñeca, me imagino que alguna vez en tu vida has visto una.
-Dijo con una gran sonrisa para ahora, animarse a pararse frente al confundido varón y abrirse la blusa junto con su vientre para señalar una serie de cables, conexiones, tubos y luces en su interior.
— ¿Un que?— Su cerebro se derritió tratando de asimilar que era esa palabra "robot". Al decirlo en su mente parecía algo similar a un bote navegante, su ignorancia nacía de la época (año 1906). Tenerla tan cerca le hizo ponerse nervioso y más al percatarse que es una linda chica, esto hizo ruborizar al hombre de rasgos rudos con varias capas de polvo y tierra.
—¡Eh!, ¡Yo!, ¡Claro que sí!, Los hombres pensamos cuando hay soledad y sobre todo ebrios.—
Llevo su brazo libre detrás de su nuca con una risita nerviosa y retraída, pese a su físico absurdamente tosco y cicatrizado se comportaba muy infantil.
¿Tomada? Un robot no puede tomar licor. -Se acerca al hombre dando un par de saltos y atreverse a tomar la manga de su chaqueta- ¿Acaso filosofas sobre tu vida? ¿Por qué el hombre cuando está solo razona mejor?
