-Partidarios a tan nefasta acción para matar y obtener una presa. Lamentablemente, has sido víctima de algún humano imbécil que usa trucos tan banales cómo ese. Sin embargo, podría decirte quién fué, siempre y cuando pueda probar un poco de aquel bello nectar que brota de ti. La sangre, es la vida.

-Y, entonces una dulce y melodiosa voz responde a las exigencias de aquel soldado.-
-¿Quienes son las niñas que esconden, su dolor bajo la luz de luna? Brillan entre la oscuridad, cómo bellas flores que no volverán a ver. Danzando entre las sombras cómo un suspiro, soñando con un día poder volar libres. Dulce es el tratado, dulce se hable de amor. Es sólo un triste cuento de hadas que ellas creen... 🎶🎵

-En la cautiva y bellísima penumbra, una juvenil silueta aparece (literalmente) de la "nada" quedando a la vista del herido hombre y dejandose ver por fin su fina fisionomía: Un muchacho que oscila entre los 17 años, de semblante melancólico y angelical que daban una fachada al de un chico muerto debido a su palide extrema, además del elegante porte de su uniforme escolar.-

- ¿Creeíste que soy el autor de tan vulgar truco? -Culminó con esa pregunta mientras esboza una gèlida sonrisa sobre sus niveos labios.- - ¡No, mi estimado! Mi familia como mis antepasados, no somos partidari

Mejor sal de dónde estés y terminemos esto.—

Puso rápido su guardia de combate en espera de cualquier confrontación a mano limpia y armada.

Un dardo le atravesó de lado a lado la carne como si se tratará de mantequilla por el enorme filo, está trampa parece haberse puesto por la armada enemiga con el único propósito de ir directamente al cerebro pero el soldado tenía la suficiente suerte para burlar la muerte y de está experiencia sólo quedó en una herida profunda que desbordaba grandes gotas de sangre las cuales se deslizan escandalosamente por su rostro.

— Malditos.—

Reprochó el soldado quien retiro la aguja con carencia de tacto y sin expresión. Pero lo que más le alarmó es la corazonada de una extraña presencia que lo acechaba en la sombras con una mirada escalofriante, no podía explicar esa presencia gélida pero no se quedaría cruzado de brazos.
Con la misma arma punzo cortante la dirigió a la nada para lanzarla con gran fuerza, su objetivo no era lastimar más bien era incentivar la salida del intruso quien yacía fuera de su radar de visión.

— Si eres tú quien puso está bobada no lo lograste, mejor sa

-La sangre que brota de aquellas hendiduras son el principal néctar y alimento de aquel muchacho que fija su mirada en aquel hombre. En silencio, relamió sus pálidos labios, ensimismado y deseoso por probar ese líquido carmín, sin embargo se mantuvo silente y paciente, observando a su posible alimento como un cazador a su presa.-