" Uh... sí... ¡Sí, sí estoy bien!, y-ya, solo quería verificar si estabas poniendo atención. "
Carraspeó, los nervios estaban llenándole el cuerpo entero, quiere no admitir su vergüenza, su pequeña "derrota" ante la castaña, había algo raro ... últimamente cada que ve a Akko su cuerpo se pone muy débil ... ¿Le habrán hechizado? ¿O quizás envenenado?, no se había sentido así desde que la avispa del amor le había picado.
Tomó una gran bocanada de aire al sentir su presencia así de cerca para terminar suspirando y poder lograr relajarse. Con su mirada desviada comienza a caminar hacia el lado opuesto, esperando a que Akko no le hiciese un montón de preguntas o le sacase tema de conversación, al menos no de momento.
¿Se había maquillado? Diana no parecía de esas... ¿Tal vez tenía fiebre? Bueno, Diana tampoco parecía de las que saldrían de su habitación si sintiera síntomas de enfermedad. Era una lástima no saber, porque no podía tomar de nuevo las manos de ella...
Sin embargo mostró una sonrisa muy grande y no contuvo su emoción de solo pensar que ella iría a verla, por lo que corrió hasta alcanzarla y detenerla del brazo.
- ¡Sé que quieres ver lo asombrosa que me he vuelto últimamente! -dijo con ilusión- Pero el campo no está hacia allá, Diana... ¿Segura que estás bien?
Su pregunta, que debía ser de pura emoción, se transformó en sana preocupación por la heredera.
Diana, por su parte, creía que ya la menor se había dado cuenta de su claro tono rojizo presente en sus mejillas. Con constantes titubeos trataba de formular sus palabras lo más coherentes que podía de momento.
Su corazón dio un vuelco al verle tan de cerca, creía de momentos que podría estar babeando inconsciente, sin embargo, no era así realmente. Con su corazón latiendo rápidamente y sus manos temblando, baja la cabeza un tanto para asentir.
" ¡E-En ese caso v-vayamos hacia el lugar!"
Exclamó, retrocediendo de inmediato para darse la vuelta y comenzar a caminar, no sabía ni siquiera a dónde se dirigía, sólo quería huir, no quería mostrarse así ante Akko, al menos no de momento.
Akko recordó por un instante la gratitud de Diana antes de regresar a Luna Nova, creyó que, como en ese momento, no había escuchado del todo bien sus palabras. Aunque en ese instante no había mucho viento, ni mucho bullicio, ni nada de cerilla en sus oídos que entorpeciera su canal auditivo.
- ¿Vendrás conmigo?
Avanzó dos pasos, muy largos, casi a zancadas, y tomó las manos de Diana con una ilusión tan grande que su sonrisa irradiaba un profundo brillo de pura emoción.
- ¡No va a dolerme! ¡Cree en mí! ¡Voy a dar lo mejor!
Arquea ambas cejas, *bonita* es la única palabra que lograba reflejarse en la mente de la heredera al verle reaccionar así, sus propias mejillas las sentía arder, no podía creerlo. Se aclara la garganta para intentar calmarse.
Mas no le duró mucho la calmada de ánimos, sino que se volvió ahora un manojo de nervios, ¿Era en serio? ¿La estaba invitando a ELLA? No sabía si considerarlo una clase de cita o... no. Negó con la cabeza un par de veces para quitarse ése tipo de ideas. No eran "apropiadas".
" Está bien ... Sólo ... S-Sólo no te vayas a lastimar. "
Un sonoro "oh" logra oírsele salir, de inmediato cruza sus brazos, dispuesta a escucharle todo lo que le tenga que decir con su misma expresión serena.
"Lo único que puedo decir es que necesitas un curso te autocontrol, la ira desenfrenada no es sana. "
Afila la mirada para recorrerle con la misma un par de veces. Aprieta los labios no queriendo revelar lo que estaba pensando respecto a ella, que se veía muy bien apesar de ser una infantil.
" Hay ... momentos para todo. ¿Quieres algo más? "
Le irrita, tanto que ha comenzado a azotar su pie derecho contra el suelo a una velocidad prácticamente inhumana por la furia que había tratado de no exteriorizar, fallidamente.
- ¿Qué hay con esa expresión? ¿A caso no vas a saludarme? ¿No habíamos progresado en nuestra amistad?
En realidad Akko no tiene mucho fundamento o base, pero sí creía haber avanzado en su relación con Diana como para poder hablar, o que simplemente la escuchara, o la observara, o le prestara algo de atención; más ninguna de esas opciones pasó.
Y ella no puede creer que una hiperactiva como Kagari no haya causado un alboroto a esta hora de la mañana, por lo general, a éstos momentos la profesora Finneland estaria gruñiendo como loca y Úrsula calmándole, pero no es así. La menor sólo se encontraba acusándole con la mirada a lo cual solo respondió con un suspiro.
