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*La única preocupación de Evelyn, es obtener cuanto antes la apreciada pelota de goma, sin importar las consecuencias, especialmente si se trata de conseguirla en el menor tiempo posible, y sin percatarse del cruce sobre la avenida aún transitada por los automóviles, mientras la luz del semáforo se encuentra en el color verde que brinda el acceso. Al correr con toda la velocidad que sus piernas le permiten, el individuo continuó siguiendo a la niña sin girar su mirada alrededor y sin presenciar la terrible escena que terminará con su vida dando un cambio de papeles, es decir, en el momento que la pequeña cruza la calle, el perverso individuó le siguió el paso. No obstante, afortunadamente la niña no sufrió algún incidente, puesto que logró llegar al otro lado de la cuadra, aunque los vehículos estaban a unos cuántos metros de ella.*

*El hombre que ponía toda su atención y retorcida mentalidad en la niña, fueron las causas principales de su fin en el momento que bajó de la acera y cruzó la calle sin virar su atención a los lados. En ese preciso instante, su trágica muerte llegó cuando se escuchó el ruidoso relinchar de las llantas de un vehículo que no logro frenar a tiempo, dando un final trágico y cobrando la vida de aquel, mediante el fatal y cruel golpe con la parte frontal del vehículo.*

El escenario se tornó una completa carnicería, y además de todo, el conductor prefirió darse a la fuga dejando atrás al sujeto. La sangre del individuo salpicó todo a su alrededor, y su cuerpo estaba irreconocible gracias a las múltiples fracturas de sus brazos, piernas y lo desfigurado que quedó su rostro y la gran parte de su cabeza. Por doquier, habían restos del mismísimo órgano cerebral untado sobre el pavimento como si se tratase de mantequilla sobre pan.*

- ¡Oh, mi pelota!. -dijo llegando frente al joven y capturando el juguete entre sus manos- Pensé que te perdería.

*Diría Evelyn al momento de llegar justo a un costado del albino, pero jamás se imaginaria que un joven tan delicado y apuesto como lo es Brais Linder estuviese ahí, frente a frente. Evelyn observó del chico de tersa piel y albina cabellera, pero no se atrevería hablar, sin brindar respuesta a la pregunta de él, o no por ahora a causa de la tímida naturaleza que siempre la ha de caracterizar.*

*A la primera mirada del hombre, Evelyn le observó con leve curiosidad y sin mencionar que se encontraba perdida. Entretanto, su mirada y atención fueron raptados al escuchar el bullicio causado por ese terrible accidente automovilístico, ahora su nuevo y único interés, es observar el trágico escenario del hombre que yace desfigurado sobre un enorme charco de sangre, el mismo líquido carmín que salpicó a su alrededor, tiñó el asfalto y la parte frontal del vehículo.*

- Disculpe, ... por favor, ¿podría alzarme en sus brazos?, quiero ver el cuerpo de ese hombre.

*Por fin había hablado más palabras tras algunos segundos de silencio, y no eran palabras propias de una niña pese al encanto e inocencia que se reflejan en su semblante, o en su caso, en el tono de su voz. Evelyn señaló con su pequeña manocita la multitud de personas que rodean aquel sitio, por ende, la policía había llegado para hacer su trabajo y despejar el área, así como también, colocar cintas de tonalidad amarillenta para ahuyentar a los curiosos mientras la ambulancia llega para llevarse el cuerpo desfallecido de aquel infortunado. Sin embargo, Evelyn esperó la respuesta del joven que yace frente a ella como una estatua.**