Yo nunca pierdo el tiempo. -Esbozó una sonrisa de oreja a oreja antes de cruzarse de brazos, pensaba en la propuesta del contrario hasta que asintió.- Vamos, sirve que puedo entregarte tu regalo de bodas, está ahí ganando polvo.
¿Hija? ¿Nietos? Se ve que no perdiste el tiempo, eh~ Me alegra mucho por ti. -Dejó un pequeño toque con su puño en la mejilla ajena mientras le dedicó una paternal sonrisa ladina.- ¿A dónde? Hace tiempo que quiero ir a Calixto. Quería ir con Indra pero siempre se desaparece. ¿Te gustaría? Hace algo de frío...
Ya me las tomé por suerte, por fin puedo estar con mi hija menor y mis nietas. Es un gran alivio poder dormir en las noches en los brazos de la persona que amas, pero mientras no usemos el teletransporte de la nave voy contigo. -Esbozó una pequeña sonrisa y palmeó el pecho ajeno con el dorso de su mano.-
-Escuchó aquel relato con una ligera sonrisa, bastante entretenido por escuchar aquello, mediante asintió repetidas veces con la cabeza. Más cuando terminó, palmeó su hombro con su zurda.- Estamos viejos, Lasky. ¿Quieres tomarte unas vacaciones conmigo? ¿A donde te gustaría ir?
-Posó sus manos hechas puños en su cintura para ponerse recto mientras dejaba salir su risa burlona.- ¿Quien lo diría? Ya no me ocupo tanto como profesor, me volví como una especie de Dios peligroso, Odin y los demás me dicen el Æsir de la Conquista. Entre más años gano, más guerras tengo que pelear, más vidas tengo que quitar, más... -De la nada, su semblante firme vino abajo e incluso su mirada, todo acompañado de un suspiro pesado.- Estoy cansado a decir verdad.
-Sabía lo que se venía, así que posicionó su mano bajo el parche para que el golpe no le moleste demasiado. Luego de ello quitó su mano.- Gracias. Bien supongo... Mi esposo está perdido por ahí, apenas nos vemos. Y el trabajo me tiene harto. Mucho que vigilar, mucho que comandar. Ya no estoy yendo al frente, sólo trabajo de oficina, supongo que es porque ya estoy viejo.
Tu sigues viendote guapo con ese parche. -Esbozó una sonrisa burlona antes de jalarle el parche y soltarlo sin previo aviso.- ¿Como te ha tratado el tiempo?
No estamos tan diferentes en tiempo. -Alzó sus hombros unos momentos y luego dibujó una agradable sonrisa en su rostro, mientras estiró su zurda para sujetar entre sus dedos aquella simpática cola de cabello.- Me gusta.
