— ¿Estás llamando a tu amo? Él no va a venir… — Una vez más se remoja los labios. Después de cazar ovejas, las vaquitas eran su platillo favorito y, por obra y gracia del destino, tenía a una “servida” en bandeja de plata. Estira la mano derecha para alcanzarla pero Moona se adelanta y le lanza un gesto infantil que alborota a la Loba. El pelaje de sus orejas y cola se eriza; ¿Qué clase de ataque defensivo fue ese? [?]

— ¡¿Haaah?! ¡¿Cómo te atreves a hacerme eso, Moona?! — Le regala un coscorrón. [?]