Era difícil comprender lo que las personas decían, no así sus sentimientos. Moona poseía un conocimiento sobre la empatía nato y podía descifrar cómo se sentía alguien al replicar la acción que captaba su atención. —Moo —mugió en el mismo tono y se vio envuelta por cierta sensación extraña que le daba una incomodidad en el pecho. Comprendió que su amo no deseaba que siguiera haciendo algo, ¿y qué era ese algo? Seguramente dormir ahí. Era eso lo único que había estado haciendo justo en el momento en el que Aleksandr sacó esa voz.

Miró el sitio de su reposo y suspiró antes de asentir; además, movió la cabeza como para terminar los mimos que le daba. Moona generalmente no era así, pero es que él no sabía que le pedía cortar la actividad que era su única conexión y fuente de memorias con su rebaño.