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𝑬𝒔 𝒈𝒊𝒃𝒕 𝒌𝒆𝒊𝒏𝒆 𝑲𝒂𝒓𝒕𝒆, 𝒆𝒔 𝒈𝒊𝒃𝒕 𝒌𝒆𝒊𝒏𝒆𝒏 𝑷𝒍𝒂𝒏. 𝑵𝒖𝒓 𝒆𝒊𝒏 𝒗𝒐𝒍𝒍𝒆𝒓 𝑻𝒂𝒏𝒌 𝒖𝒏𝒅 𝒅𝒊𝒆 𝒃𝒆𝒔𝒕𝒆 𝑩𝒆𝒈𝒍𝒆𝒊𝒕𝒖𝒏𝒈.
 
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F1542785 · F
Aunque su comentario podía parecer fuera de lugar, y sí que lo fue, ella prefirió no darle mucha importancia. El secreto entre los dos (bueno, los tres) estaba fresco, aun vívido, y era un tema sobre el que no pensaba ahondar más; no ese día, no a esas horas.

El resto del camino lo pasó descansando a su manera, a ojos cerrados y en silencio, y asegurándose de cubrir su rostro con un trozo de tela que encontró en la camioneta, aparentemente limpio, ante los primeros rayos de luz. Se «despertó» en cuanto se detuvieron en el mirador y bajó con él a por un café que tampoco le caía mal. El paisaje era espectacular, con facilidad le robaba el aliento a cualquiera. La brisa era helada, pero aun con todo reconfortante. En ese momento cerró los ojos y le dio un sorbo a su bebida, antes de girarse hacia Rommel.


— ¿Por qué? ¿Viajabas mucho de pequeño?

Intentó ser lo más ambigua posible con su pregunta, todo fuera por no traer a colación el tema de su padre.
omme1573713 · 31-35, M
— Está este pueblo que conserva su estilo medieval.

Comenzó a explicar. Y vaya que le cuesta, no siempre tiene elocuencia con las palabras ; hay días que amanece con ella, hay días que no.

— Y naturaleza en sus alrededores. Es un lugar perfecto para que cualquier criminal sienta que ha sido expiado.

¿Tendría algo de sugestivo tal comentario? Seguramente sí; él parece divertirse al decirlo, un ligero tono burlón podría apreciarse en sus palabras. De a poco el día se va haciendo, la oscuridad cediendo y los campos verdes de la carretera comienzan a vislumbrarse junto con el ganado. Es una zona absolutamente rural.

Más adelante llegarían a un mirador que daba una vista extensa de un valle verde de espesa vegetación. El frío es tal que saca vaho de las bocas al hablar o siquiera respirar. Decidió bajar un momento para comprar café en la tienda de conveniencia del sitio.


— Este tipo de vistas me recuerdan cuando era niño.
F1542785 · F
Enarcó una ceja. Percibía una repentina frialdad que suponía una cosa: posiblemente o no le había gustado su respuesta, o realmente el tema ya había perdido interés para él. Sea cual fuere la razón, al menos ella se sentía más aliviada. ¿Tentada por el cigarro? Un poco, la verdad. Pero ahora que se sentía más relajada, ya no tenía la necesidad de robárselo para darle una calada.

— ¿Y qué hay en Freiburg?

Volvió a mirarlo de reojo, delineando en sus labios una pequeña sonrisilla. Entonces se llevó una mano a la cabeza, la derecha, y con sus dedos empujó esa rojiza melena hacia un costado. Desarregló su peinado, pero tenía que admitir que a veces le gustaba más ese estilo, al «salvaje».
omme1573713 · 31-35, M
— Freiburg.

Contestó, con cierta frialdad. Inconsciente, pero frialdad a fin de cuentas.
omme1573713 · 31-35, M
Francamente : ¿hubiera estado dispuesto a tal?

Y no porque escatime en valor o brutalidad; ella ha atestiguado tan solo una muestra, pequeña, de lo que Rommel puede llegar a hacer cuando su moralidad e inconsecuencia llegan a su punto más bajo.

Pero sus acciones, las malas, siempre tenían un móvil personal e incluso egoísta; ¿matar a alguien por terceros motivos le traería placer? Por un instante la observó ; no de frente ni de reojo. Viéndolo objetivamente, ella sigue siendo una desconocida. De repente comenzó a pensar en su alrededor: ¿Cuántos minutos llevan sin ver señal de otro conductor?

Están pasando por un tramo donde desechar un cuerpo sería fácil. Y encontrarlo, una odisea. Sí: pensamientos así de volátiles y polarizados solían venir a su mente, muy a menudo. Impulsos.

En aras de consumarlos, prende un nuevo cigarro y lo comienza a fumar.
F1542785 · F
— N-no, nada de eso. No voy a arrastrar a nadie con mis problemas. Que se pudra él solo, allá donde esté.

La sola tentación le erizó la piel, y por un segundo sintió que podía, y debía, retractarse. Pero si no lo hizo fue porque después de tantos años, con ese demonio persiguiéndole, prefirió tirar la toalla y seguir con su vida, según ella, en paz.

Se limpió los ojos con un disimulado movimiento de sus manos, y sin más se cruzó de brazos. De repente su actitud fue como si nunca hubiesen tocado ese delicado tema, recurriendo a un tono bastante jovial en la voz cuando lo miró de soslayo.


— Aún no me has dicho a dónde estamos yendo.
F1542785 · F
Tardó un poco en procesar sus palabras, porque realmente no les había prestado mucha atención de inicio. Terminó girando el rostro hacia él, con una obvia mueca de escepticismo. Hubiese sonreído de los nervios, pero se trataba de un tema tan delicado que no le daba ni para eso.

— ¿Encargarnos de él? ¿A qué te refieres?

Sí, la pregunta podía ser redundante y hasta tonta, pero quería asegurarse de haberle escuchado (y entendido) con claridad. Podría habérselo tomado como una broma, pero después de lo que vio a manos de Rommel, de repente la idea de venganza ya no se sentía tan lejana e irreal.

Devolvió la atención hacia el frente, a la carretera, y un mar de sentimientos la invadió. Se sentía frustrada, con miedo, ira, rencorosa, dolida... Sus ojos se anegaron en lágrimas, pero no sollozó, ni siquiera suspiró. Fue tan sutil en su reacción que sólo se escuchó una carcajada seca de su parte.
omme1573713 · 31-35, M
Justamente al transcurrir media canción, continuó hablando.

— ¿Quieres que nos encarguemos de él?
omme1573713 · 31-35, M
Imaginó la impotencia a la que ella se vió sometida: no sólo al no poder hacer justicia por su propia mano (pues el sistema le falló), sino también al ser sometida a un maltrato sistemático durante quién sabe cuánto tiempo.

Crudo y frustrante.

Nuevamente se hundió en el mutismo. “Planet Caravan“ de Black Sabbath sonaba en ese instante, armonizando el viaje : poco a poco el cielo iba degradando su oscuridad hacia un azul contra el que las montañas y árboles contrastan. La neblina se desvanece.



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F1542785 · F
— Antes quería ser yo quien lo matara, porque se llevó todo de mí y me dejó sin nada. Pero ahora... Que cualquiera lo haga me vendría mejor, así me ahorro los problemas.

Habría dado lo que fuera por un cigarrillo o una cerveza, le servían para olvidar el pasado más rápido. Y eso era lo que quería, a la larga, pero siempre surgía algo, allá a donde fuera, que lamentablemente se lo recordaba.

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