─ Con que My Lady se encuentre bien y pueda verla nuevamente es suficiente para mi, su existencia es una de las razones más fuertes para mantenerme aquí─ Confesó con los ojos húmedos como dos grandes lagos por las lágrimas.

— Sus delgados brazos rodearon a su fiel dama de compañía tras unos instantes de silencio. Estaba acostumbrada a las reacciones de Zoeel pero no a la cercanía ya que no era muy afortunada al contacto físico. Sin embargo, como siempre le pasaba con ella, aquello ablandó un poco su corazón y tras un par de lágrimas murmuró. — Y yo a ti. Discúlpame. Sé que te he tenido abandonada.

─ My Lady Chordeva─ Sus grandes ojos carmín se cristalizaron y por unos instantes fue victima de sus propios impulsos en dónde abrazo a la Duquesa por las caderas apoyando la mejilla sobre aquel vientre─... le extrañé....─

Eres una belleza, por Lucifer que extrañaba verte.