"Esta niña va a volverme loco..." - Desvió su mirada para que la pelirroja no se percatara de la reacción en su rostro. Estaba sonrojado, nervioso e incómodo. En ese momento, se le vino a la cabeza algo: Nunca antes había tenido a una chica tan cerca, ni siquiera de su misma especie. -
- La voz de Ariel haciendo ese comentario sobre su corazón había sido demasiado para él. Apartó a la sirena de su cuerpo, dándole la espalda y escondiéndose en su caracola-cama. -
Ya...Ya debes irte...- Dijo con seriedad. Su corazón no paraba de latir de esa forma tan violenta. - ¡Vete, sirena!
× La mano de Joe estaba tan fría aquella noche, y ello le hizo estremecer por completo. Su rostro enrojeció y una leve risilla salió de sus labios junto a un adorable tarareo de una canción de cuna.
Durante un largo tiempo no le miro a los ojos; no quería que su rostro le delatara, era más que suficiente sentir como su corazón quería abandonar su cuerpo. ×
Es. . tan dulce y placentero. . como una melodía. . .× Refiriéndose a los latidos del corazón del cecaelia. ×
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Es...Estás demasiado cerca. - Dijo entre dientes y con cierta incomodidad. Sin embargo, como si el instinto le estuviera obligando, llevó una de sus manos a la espalda de la sirena, sin poder evitar sonrojarse.
No?.. pero por que?... que tiene de malo?..... Joe~| De un momento a otro, la pequeña sirena deja caer por completo su peso, acurrucándose sobre el pecho ajeno. |
