Gruñó por lo bajo, había algo en su mente que lo estaba molestando mucho. Sin estar del todo atento a dónde iban sus pasos, tropezó con alguien, a quien volvió a ver alterado. Sus ojos pesados y su mirada oscura se posaron sobre él: era Kalim. Eso lo hizo fruncir el entrecejo con impaciencia. —Kalim... —Murmuró molesto, caso en un gruñido.