@Jᥲmιᥣ Vιρᥱr أفعى جميل: - Ahora estaba profundamente dormido, el jarabe hizo su efecto y la fiebre desaparecio en cuestión de minutos. No recordaría nada de lo que hizo, pero de modo inconciente giro su cuerpo y correspondió el abrazo de Jamil, el abrazo que siempre solía darle cuando dormía a su lado. -

La sostuvo hasta que dejó de hacer la pataleta; al menos se sentía más tranquilo, porque sabía que sanaría con el paso de las horas. La soltó y se fue hacia un lado de la cama cuando ella se durmió. Aliviado, se acostó, arropó a ambos y, como era poco común en él, fue el primero en buscar abrazar a Kalim. Quiso hacerlo solo al recordar cómo había llorado, aunque guardaba cierta distancia, pues todavía estaba afectado por lo que Kalim le había hecho. Era momento de pensar en los pies de Floyd(?).

@Jᥲmιᥣ Vιρᥱr أفعى جميل: - no pudo evitar tomarse el jarabe el cual sabía a rayos, logrando que hiciera una pataleta pero no duraría mucho porque se terminaría quedando dormido/a por efecto del jarabe. Pasarían unos minutos y la fiebre empezaría a ceder poco a poco. -

Se sorprendió de verle llorar de aquella forma; no era la primera vez que lo veía así, pero sí que lo veía llorando tanto y le atribuyó todo aquello a la fiebre. Aprovechó que Kalim hablaba para alcanzar la cuchara, todavía sosteniendo sus muñecas con su otra mano, y le dio la medicina en medio del milésimo "eres malo conmigo" que Kalim le había dicho en su vida. Seguramente, cuando volviera en lucidez, todas esas alucinaciones quedarían en el olvido.

@Jᥲmιᥣ Vιρᥱr أفعى جميل: - al sentir ese forcejeo abrio completamente los ojos dejando ver esos rojizos orbes tan caracteristicos en él. Ver el rostro de Jamil enfurecido fue suficiente para que sintiera desesperación. - ¡¡¡¡Por que me odias tanto!!!! - Empezó a llorar de una manera poco común en él, como si tratara de ahogar esas mismas lágrimas que ahora rodaban por sus mejillas. - Si yo quiero tanto a Jamil, ¡¿por que siempre eres malo conmigo?! - No iba a tomar ninguna medicina, aunque ahora se sintiera aprisionado entre las manos de Jamil, y aunque este le amarrara, no cedería tan fácil. Al menos gracias a la fiebre podía inhibirse de esas limitaciones que siempre tenía. -

—¡Ngh...! Serás... —Dejó la cuchara servida en un plato, mientras la ponía boca arriba y se sentaba sobre sus piernas. Tomó sus muñecas y las llevó hacia arriba de su cabeza, aprisionándolas contra el colchón y sólo por estar en esa posición, sintió la necesidad de inclinarse sobre ella. Su cabello largo caía como cortinas a los lados del rostro de Kalim.

—Escucha... No voy a dejar que pases la noche con fiebre, así que eres bueno y abres la boca o te amarraré y te obligaré a tomar la medicina.

@Jᥲmιᥣ Vιρᥱr أفعى جميل: - entreabrio un poco los ojos al escucharle pero su subconciente sabía que Jamil podía ser era muy astuto. - Mentiroso... - Se giro para darle la espalda por un instante, no se tomaría el dichoso jarabe ademas algo le decía que Jamil le estaba mintiendo. -

No sólo Kalim botó el jarabe, sino que se lo regó en la ropa. Jamil gruñó harto de la actitud de Kalim y sirvió otra cuchara. La observó, meditando por un momento lo siguiente a intentar y rodó los ojos con la idea que se le ocurrió. —Kalim~ si eres bueno y te tomas el jarabe, te besaré.

@Jᥲmιᥣ Vιρᥱr أفعى جميل: - Como si fuera una niña pequeña rechazo la orden de Jamil y con la mano termino botando la cuchara con el jarabe. Lo único que deseaba en ese estado era abrazar a Jamil pero este era demasiado listo para escaparse de sus intentos. Giro el rostro evitando que pudiera darle cualquier medicina, y aunque la fiebre era alta y su rostro estaba completamente enrojecido, rechazaría cualquier intento que hiciera Jamil para tomar el jarabe. -

El tacto sobre los pechos de Kalim terminó de endurecerlo, incluso si fue sólo unos segundos, porque se encargó de recuperar su mano, usando la otra para deshacer el agarre de Kalim. —Basta, Kalim, maldita sea. —Tenía que bajarle la fiebre a como diera lugar. Corrió hacia su habitación, que estaba al lado y buscó un jarabe para ello. No le daba medicamentos reales a menos que fuera una emergencia y esa lo era, tanto por Kalim como por él mismo.

—Abre la boca. —Le dijo, buscando abrir su boca con una mano, mientras la otra sostenía la cuchara con el jarabe, listo para dárselo.