Muchos quehaceres pero la burocracia no es tan apasionante como el calor de la batalla. —Por supuesto que no solo está teniendo un momento de inmensa pereza, ha cumplido sus deberes sí sí.— …Un trago, la luna y una buena charla. Éso necesito.
Ah miradle tan prepotente. —La verdad solo quería decir aquello. Se encogió un poco los hombros porque quizá y hasta tenía razón.— El riesgo de encontrarme des ida es tuyo pero luego ¿es de veras un riesgo? Aunque no sé si tus ojos serían merecedores de tal visión. —Difícilmente se contuvo una carcajada mientras junto a su minibar puso hielo en dos copas y una generosa cantidad de vodka, tomando luego la botella con el licor de color azul.— Curacao azul, así se llama. —Y dicho éso pintó la bebida de ése color, culminando con un poco de sprite.— Listo.
Porque puedo. Me trajiste aquí una vez, es obvio que fue tu error. —Respondió con la única finalidad de romper su calma. Soltó una carcajada por el comentario de las armaduras, obviamente no tenía ningún sentido pero había despertado su curiosidad.— Bien, vamos por partes. Tendrás que mostrarme la armadura al final, primero el vodka con cur... Cuza... —Incapaz de recordar el nombre del Curacao, insistió con su color.— La bebida esa azul.
